Javier Vásquez
La palabra mano viene del latín manus que significa fácil de hacer, cómodo, que facilita. Y la mano en medicina y en nuestra vida diaria es de suma utilidad, una verdad de Perogrullo.
Con las manos nos comunicamos, acariciamos, nos desenvolvemos para realizar nuestras actividades básicas como comer, lavarnos, ir al baño. Nos ayudan en distintos trabajos como los quehaceres de la casa, en nuestra ocupación o profesión. Nos ayuda en las actividades más simples como prender una radio o un televisor, manejar una bicicleta, un carro, tocar un instrumento musical, escribir. Podríamos llenar cartillas enteras describiendo todo lo que nos ayudan a realizar las manos.
Siendo indispensables para nosotros: ¿qué hacemos para cuidarlas?. La respuesta sincera sería no mucho. La manicure tiene mayormente fines estéticos más que higiénicos, aunque bien realizada cumple ambos propósitos. Ahora bien, una mano bien cuidada no quiere decir necesariamente que sea superior a otras. Las manos de un labrador, de un agricultor, de un artesano, ásperas, con grietas, con cicatrices, probablemente valen más que unas manos delicadas que no se dedican a nada productivo.
Nos ayudan, muchas veces, a defendernos: con manotazos, con golpes de puños; a castigar con palmazos, a reforzar un sentimiento con una caricia.
Hay que cuidarlas mucho. Primero: debemos lavarnos antes y después de comer, también, evidentemente, al usar el baño. Segundo: debemos recortarnos las uñas periódicamente, que no se acumule suciedad debajo de ellas. No hay que olvidarse que las manos pueden ser vehículos para transmisión de muchas enfermedades como dérmicas, gastrointestinales y hasta de transmisión sexual.
Las manos también sirve de referencia para expresiones en la vida diaria: como medida (una mano de plátanos), como sustantivo (jugar una mano de póquer).
Nuestras manos pueden padecer varias enfermedades tales como síndrome del túnel carpiano, que es la compresión de un nervio en su paso a través de la muñeca provocando entumecimiento frecuente de los dedos. También existe osteoartritis, que causa dolor, inflamación y disminución de los movimientos de las articulaciones. También tendinitis, que es la inflamación de un tendón, causa dolor y sensibilidad cerca de una articulación. La contractura de Dupuytren afecta la palma de la mano afectando los dedos anular, medio y meñique. También están propensas a sufrir fracturas abiertas si es que rompen la piel y que se deben generalmente a accidentes automovilísticos, caídas o lesiones por deportes, pudiendo comprometer seriamente su funcionamiento.
Existen también las luxaciones que son lesiones en las articulaciones que forzan los extremos de los huesos sacándolos de su posición, también asociadas a caídas o deportes de contacto.
Nuestras manos también son nuestra carta de presentación, son una de las partes más valiosas y versátiles del cuerpo humano, pero permanentemente están expuestas a riesgos de lesiones y enfermedades. La mayor parte de esas lesiones se presentan en varias fuentes de peligros: fuego, calor, frío, radiaciones ionizantes y electromagnéticas, electricidad, sustancias químicas, impactos, cortes y abrasiones o infecciones.
Debemos usar guantes cuando lo amerite, no exponer las manos a calor o frío extremos, evitar contactos con elementos irritantes o alérgicos y en caso de existir lesión o heridas, cubrirlas para que puedan sanar rápidamente.
Toso los días nuestras manos están expuestas, cuidémoslas, evitemos que hagan daños a otros. Son elementos para hacer bien o mal, son instrumentos de nuestra mente y nuestro corazón. Que la razón y el sentimiento les den el uso que debieran tener para transmitir lo mejor de nosotros y recepcionar lo mejor de todo lo que nos ofrece la vida.