LAS CUENTAS CLARAS

 

“Los imbéciles han renunciado al  poder, yo me declaro imbécil”, escribió hace tiempo el poeta Rodolfo Hinostroza como un cuestionamiento a esa obsesión humana por andar entre las gangas y prebendas de la gran ubre. La seductora mamadera ahora espera a los que galopan en la presente campaña electoral. Está allí al final de la carrera pero primero hay que conquistar los votos. Y en esa jornada todo vale, como en la guerra y los que compiten no se declaran imbéciles y no renuncian al carguito, al puestito. Anhelan más, inclusive.  Ellos también pueden decir que todo lo que no sea el poder es ficción. Ello no es verdad, pero a los que van tras el pequeño trono le importa un poroto y buscan ganar a toda costa.

En estos predios bosquesantes o bosquesistas o bostezantes, a diferencia del poeta citado, los imbéciles no renuncian al poder ni se declaran imbéciles. Porque creen que nosotros, los electores, lo somos. Y disimulan su real condición detrás de frases hechas, de ofertas que nunca serán cumplidas. Y siguen  de largo en la contienda de las urnas, armando un verdadero caos donde no caben buenas conductas, respetos u otra modalidad civilizada, sino la emisión de pobrezas para ganar votos.  En ese caos tratamos de andar moscas ante las anomalías que van saliendo. Una de ellas son las constantes denuncias o acusaciones sobre el apoyo que viene brindando la municipalidad de San Juan a la candidatura del señor Fernando Meléndez. Son demasiadas  versiones para quedarnos callados o para que las autoridades electorales sigan sin hacer nada.

Es posible decir que no pasa un solo día sin que algún comunicador social, un locutor o un plumífero, no exprese esa denuncia. Porque se trata de eso. De una denuncia. El alcalde siempre responde que su gestión no apoya a esa candidatura. Y sonríe y dice cualquier cosa. O sea niega y se va. Y otra vez hace lo mismo en la próxima parada o paradero. Y así mientras pasan los días. Los electores, donde también hay imbéciles, queremos saber la verdad del asunto. ¿El señor Sanjurjo es o no es albacea o protector o mecenas del Mil?