Mientras los líderes europeos seguían impávidos ante la crisis de los refugiados sirios en las fronteras de Grecia, Macedonia y Turquía, la Alcaldesa de Barcelona demostrando un gran criterio y sensibilidad por los derechos humanos lanzó la propuesta de las ciudades refugio. Es una líder política que desde sus primeros pasos ha mostrado sensatez dejando sin relato a los independentistas de uno u otro bando (es decir, a los catalanistas y españolistas, en ambas camarillas casi todos son hombres con poco margen al diálogo). La propuesta de las ciudades de acogida se incardina a amparar a las personas que salen pitando de sus países como consecuencia de la guerra (en la cual ellos no fueron partícipes de nada). Seguidamente, Madrid, Valencia otras ciudades se han unido a la propuesta. Es muy singular que mientras los líderes europeos estatales muy remilgados con los costes y cuotas de los refugiados, y pasivos ante una crisis humanitaria de gran envergadura; la primera concejal de Barcelona haya hecho una oferta en coherencia con su discurso y que va a más, por estos días, se habla de una red de ciudades refugio. ¿Estamos ante otra sensibilidad? Me parece que sí. Es una perspectiva muy diferente de ver el espacio público, las instituciones, la política, a las personas que conviven en su entorno. Ante líderes como ella o la Alcaldesa de Madrid tenemos un poco de esperanza que la política no sea el de los chanchullos y mangoneos tan acostumbrados por la casta política (que parece costra) que han gobernado siempre. Mientras estas mujeres al frente de sus ciudades mostraban su saber estar en los momentos difíciles, la Alcaldesa de Iquitos, de acuerdo a lo leído por la prensa, jugaba un partido aparte e inane sobre el Lote 192 de explotación petrolera. Las ciudades de estos tiempos huérfanos requieren líderes sensibles y sensatos.
