El gobernador regional de Loreto, Fernando Meléndez Celis, lejos de preocuparse por mantener relaciones cordiales y protocolares con las demás autoridades ya sean elegidas por el pueblo o designadas por el Poder Ejecutivo está empeñado en aumentar la lista de sus enemigos políticos. El último caso de “demolición mediática” que ha emprendido es contra el presidente del Directorio de Electro Oriente, Mario Ríos. Propósito que, como en otros temas, le acompaña y le hace la comparsa el congresista Jorge Meléndez Celis, su hermano.

No es que Meléndez esté empeñado en mejorar el servicio eléctrico y Ríos sea un obstáculo para ello. Sucede que el presidente del Directorio de Electro Oriente no hace caso –en verdad no tiene por qué hacerlo- las peticiones públicas y privadas del gobernador. Eso es motivo por demás suficiente para que declare la guerra a Ríos y emprenda –como ya lo hizo contra otros funcionarios y con los mismos métodos- una campaña que tiene por finalidad sacarlo de ese puesto y colocar en su lugar a una persona que sea su títere.

El congresista Jorge Meléndez ha visitado al máximo ejecutivo de Electro Oriente en uno de sus días de representación. Ha publicado en las redes fotos de esa visita como un aviso encriptado hacia Mario Ríos cuando lo más protocolar y lógico era que se reúna con el Presidente del Directorio. El aviso subterráneo es que no toma en cuenta a Ríos sin ponerse a pensar que –para bien o para mal- ese puesto fue otorgado por el propio Presidente de la República. Meléndez –como ya lo hizo en PEDAMALC y PEDICP- cree que los puestos que dependen de algún ministro tienen que ser canalizados por su Despacho, previa coordinación con el gobernador. Los “radiopasillos” que envían ambos a los que tienen que ver con el nombramiento en el Directorio de Electro Oriente tienen el propósito de retirar a Ríos. Puede ser que lo logren. Si eso sucede podría ser un triunfo de los hermanos pero sería una derrota para todos.

Fernando Meléndez –si algo de razonamiento aún le queda, aunque en el caso de las mochilas está demostrando que ha ingresado a una espiral autodemoledora que se concretará esta semana cuando quieran hacer creer que hubo donación donde sólo hubo angurria- no es una autoridad de consenso. Lo de Mario Ríos es la penúltima de sus campañas demoledoras contra personas que evaden la confrontación. Hizo lo mismo contra Euler Hernández, alcalde de Punchana, quien ha sido protocolar en sus declaraciones ante las intromisiones absurdas del gobernador. Con Richard Vásquez tuvo lío y el alcalde de Belén le dio de su propia medicina. Pancho Sanjurjo, alcalde de San Juan y de quien se creía era su aliado incondicional, dijo en público cosas que nadie antes se había atrevido. Con Adela Jimenez, ni qué se diga, con el ingrediente que ambos han tercerizado sus disputas.

Contra Mario Ríos es la ultimita del gobernador. Habrá otros más. Porque cuando la mediocridad, egoísmo y egolatría se juntan tenemos a un político como Fernando Meléndez que ha hecho del servilismo la única condición para contratar funcionarios y asesores que, por añadidura, terminan con las poses de su contratante.