LA RAYA DEL VIEJO TIGRE

El  último lugar es cómodo porque más atrás no se puede avanzar, ni golpeando la pared, ni corriendo como loco. No se requiere ningún esfuerzo quedar  lejos de los mejores lugares, mucho más lejos del primer lugar. Mas bacán es hacer como el actual director de la DREL, señor Jair Márquez Freitas, que no respondió nada ante la crucial pregunta sobre los últimos resultados de la Evaluación Censal de Estudiantes, donde Loreto ocupa la cola en comprensión de lectura y matemática. La cola es un lugar privilegiado parece imaginar el alto funcionario, porque nadie quiere sacarte de allí, nadie te envidia y nadie te declara la guerra. El gran culpable de ese daño feroz a las presentes generaciones de estudiantes no es el director drelista, ni Corín Tellado, ni Karamanduka, ni Che Copete.

Es de un tal Alejandro Toledo. En tiempos de su mal gobierno las Naciones Unidas, que tiene un programa para implantar la lectura en toda la tierra, vino al Perú. Vino con sus expertos, sus asesores y sus editores. Pero los burros burócratas del ministerio del ramo les hicieron la vida imposible. El señor Toledo no hizo absolutamente nada para que esos señores cumplieran  con mejorar los niveles de lectura de los estudiantes peruleros. En ese tiempo, hace poco, ya estábamos últimos en ese rubro a nivel continental.

En el presente, seguimos en lo mismo como la otra raya del viejo tigre. A nivel regional, la nueva raya se ha agregado y el actual director se hace el gracioso, el audaz. Y no sabe y no opina sobre el motivo o los motivos por lo que los estudiantes de la charapería no comprenden mucho lo que leen. Si es que leen. Nosotros seguimos pensando que el primer paso para acabar con las tantas rayas del viejo tigre es acabar con los libros malos que año tras año infestan e infectan los centros educativos.