La payasada mañanera

La payasada mañanera

El dicho aquel de que no por mucho madrugar se amanece más temprano,  se le debería aplicar a las payasadas mañaneras de las dos gestiones o facciones enfrentadas sin piedad en el municipio mayneno. En amaneciendo, antes del desayuno, lejos del colegio de los hijos e hijas, perturbados por el canto de gallos y otros animales cercanos, se tuvo otra muestra de la acefalía de esa pobre y vapuleada casa consistorial: la vacancia del regidor Guimas Gadea. Un absurdo si se sabía que después se vería  la vacancia de Charles Zevallos. En eso han acabado ambos grupos: en luchar intestinamente por el pequeño pero jugoso poder. No se les ha ocurrido otra cosa que arrendar por la vacancia, como si se tratara de un repetido juego de seres inútiles.

La payasada mañanera de la vacancia mutua es la expresión de un vacío, en realidad. La falta de poder de los que ambicionan  quedarse con la torta del poder. Nadie de los envueltos y revueltos en la pelea edil sabe qué hacer para salir del hoyo. Ni el alcalde que tiene legalmente solo dos regidores a su servicio, ni el señor Guimas Gadea que tiene 11 regidores a su favor pero que se hizo tarde legalmente para ganar el trono municipal. No podemos seguir viviendo así, contemplando como bobos el espectáculo de las payasadas mañaneras. Esto va a seguir así, de vacancia en vacancia, de denuncia en denuncia, de insulto en insulto, de trastada en trastada.

En esta columna lo  hemos dicha ya. Deben ser vacados en el término de la distancia las dos facciones, los dos grupúsculos. Ni el uno ni el otro deben quedarse en el garbanzal edil. No hablamos de cuestiones legales. Hablamos de una simple cuestión política. Si los colectivos sociales, desmovilizados o apenas reunidos, toman cartas en el asunto toda esta gestión tendrá que irse a su casa. O a otra parte. De lo contrario vamos a seguir por largo tiempo en lo mismo: soportando payasadas a cualquier hora.