Érase en aquellas épocas donde una monarquía suprema se instalaba en un país del Caribe, la figura completa como lo manda sus propias leyes, el rey, la reina, la princesa y el infante es decir el menor de los hijos de esta familia tradicional cuasi perfecta.
Habría que controlar un fértil y productivo reino, donde cualquiera que tratara siquiera u osara a con oponerse a esa figura de poder debía ser destruido y acabado, claro sin dejar huella o vestigio de la manera sucedió la desaparición del enemigo a la corona real.
¿Pero quien debería de gobernar tamaña orden de poder? Por historia se sabe que el encargado es el rey, si él no podría ostentar este poder o falleciera inmediatamente podría pasar a manos de la reina o la princesa, pero en este reino la ambición no podía faltar y era el infante a quien llamaremos Anastasio, quien deseaba con todas sus fuerza la muerte de su padre para poder tener el poder de comandar el reino de Quetzal.
Anastasio, en un principio era muy requerido por las mujeres de la comarca, de hecho se decía que habría tenido a sus cortos diecisiete años a las mujeres más hermosas de Quetzal, su fama de galán sobrepasaba fronteras, sabía hablar tres idiomas aunque nunca habría podido terminar la escuela , era alto, fornido y vestía siempre elegante su piel era muy clara , sus cejas resaltaban en su rostro , unos brillantes ojos café hacían verlo más atractivo, pero como nada es perfecto en este mundo siempre ocultaba sus orejas con su cabello ensortijado y es que en el pueblo se contaba una leyenda el infante Anastasio no tenia completa una de sus orejas lo cual lo hacía sentirse incompleto en su fugaz belleza.
La razón de no tener una parte de su anatomía, decían las más viejas del pueblo, es que hace unos años con apenas catorce de su juventud, este habría sostenido una feroz pelea con su progenitor, en el castillo real y fue tan efusiva aquella vez, que el rey terminó por arrancarle esta parte de su sentido; por una confesión de Anastasio, lo revelado antes los ojos del rey sería tan humillante para él, que no se contuvo y arremetiendo con golpes y bofetadas al infante, terminando en esta acción caníbal que tuvo la intervención de la reina al final, ella misma se encargo de curar la heridas de su pequeño niño, así es como lo llamaba en privado, tal título no era agradable para Anastasio, entre sus pensamientos él quería que su propia madre debería llamarlo El Rey.
El rey no podía con tanto dolor en su corazón al escuchar la confesión de su propio hijo, el denominado real infante de la burbuja-es que burbuja era el apellido de real de la familia del palacio de Quetzal – ¿pero cuál sería el secreto familiar que el rey no podía revelar a su pueblo?
Dice la bruja del sur que me conto esta historia, que ahora mismo prepara un conjuro para todo aquel que haya leído detenidamente estas líneas, que el infante de la burbuja en realidad quería ser la niña de la burbuja.