LA HUELGA PERPETUA

Escribiendo en oro en polvo, ignorábamos que el anchuroso señor Brunner era un ser camuflado, escondido. No es un derechista enamorado de la patronal, ni detesta cualquier reclamo callejero, como suponíamos en nuestra falta de datos. Es un intransigente sindicalista, un terrible dirigente de base, un contestatario a raja tabla. Ayer mismo, surgió en el ámbito del paro y se lanzó contra el horrible servicio recogedor de la basura.  Protestó como los grandes y ordenó la inmovilidad de sus camiones, la no salida de los trabajadores de su empresa.

Era de verse lo que ayer se vio en las calles de Iquitos. Un basural inmenso, impresionante, demoledor, acompañando a la medida de protesta de los frentistas y sus seguidores. El paro del señor Brunner nos sorprendió, pues creíamos que esos hechos no rimaban con su concepción del trabajo, de la remuneración de los trabajadores. Pero, al parecer, el voluminoso experto en residuos sólidos, perdió los estribos y decidió juntar su ira a las cóleras colectivas frenando el servicio que casi nunca  presta. Lo cual demuestra que es un huelguista técnico, alguien que trabaja a media máquina. Algo que no debe continuar, pues corremos el riesgo de caer en las garras de alguna peste ante tanta basura diaria y expuesta ante nuestras pobres narices.

Es muy importante que las autoridades del ramo presten oídos y orejas a los reclamos de semejante huelguista permanente. Suponemos que el señor Brunner tiene toda la razón en su protesta, en su medida de fuerza. Suponemos que pide, por todas las vías posibles, mayores facilidades para la limpieza, como motas, almohadillas, pichanas, escobas y otros elementos barrenderos que le ayudarán a cumplir con la misión que se ha impuesto. Caso contrario corremos el riesgo terrible de que el señor Brunner, aguerrido como es, se ralle y deposite cerros de basura en la vereda, la sala, los cuartos, la huerta de la gloriosa Municipalidad de Maynas.