Evento literario en Congreso:
LA ESCRITURA EMERGENTE
Lo importante del evento es que las cosas no quedaran ahí. Porque luego se publicaran las ponencias en un libro. De esa manera los trabajos podrán ser leídos por otros, por los interesados en conocer más de esa escritura.
El líder aguaruna, Hermenegildo Eintiurpa, fue desde su remota aldea, a pie, hasta el Congreso nacional a pedir ayuda para levantar un fuerte. El oriundo selvático no era nada palto y sabía que todo, lo bueno y lo malo, se decidía en Lima y que una gestión en esos lares era garantía de éxito. Así fue. Los parlamentarios de antes ordenaron al prefecto de ese entonces, Lino Olaria, que atendiera el pedido del nativo. En sus primeros años de funcionamiento ese Congreso estuvo vinculado a la floresta y dispuso medidas para acelerar su incorporación al país. Que las cosas no se cumplieron es otro cantar. Pero ese mismo Congreso no registra eventos culturales permanentes vinculados a la maraña. Eso sería una deuda que tiene el Parlamento con la vasta región boscosa del país.
El lunes 22 de julio del año que ya se acaba, en la sala Abelardo Quiñones del Congreso peruano, se desarrolló un evento sobre literatura escrita de la floresta del Perú y sereno. Los temas tuvieron que ver con autores y obras que de alguna manera han alcanzado algún nivel. Así desfilaron Francisco Izquierdo Ríos a cargo de Manuel Cornejo Chaparro, César Calvo gracias a la intervención de Gonzalo Espino, Germán Lequerica que fue tratado por el poeta Carlos Reyes, Jorge Najar que contó con el trabajo de Percy Vílchez, Ana Varela Tafur en la voz de Francisco Bardales, Carlos Reyes a cargo de José Rodríguez, Percy Vílchez con la intervención de Gerald Rodríguez y Miguel Donayre gracias a la ponencia de Héctor Tintaya.
Desde luego, no estuvieron todos los que debieron estar, pero el evento fue un paso importante para entender el lugar que ocupa realmente la floresta en este país desvinculado, donde la costa y la sierra parecen dominar el espectro literario, algo que no es cierto, lógicamente. Luego de las ponencias, de las diferentes intervenciones se arribó a la conclusión de que la literatura amazónica es una escritura emergente que busca su lugar en el tiempo y el espacio nacional, con sus aciertos, su tumulto, su esperanza. Lo cual significa que está en un buen momento.