La cuestión del museo
La impresionante cifra de 1000 años durará la certificación del grande río como maravilla natural. Es decir, tenemos 10 siglos para hacer muchas cosas, para nivelarnos como quien dice. No podemos perder tanto tiempo sin hacer lo que debemos hacer para sacarle el jugo a esa importante ganancia. Hoy, como nunca, las condiciones para alcanzar el progreso están dadas. El presidente Ollanta Humala declaró durante su penúltima visita que había dinero y lo que faltaban eran proyectos viables. Ahora se podría hacer un paquete de proyectos turísticos para hacer que ese rubro se convierta en una de las palancas del desarrollo.
El tema del museo amazónico, anunciado por el mandatario Ollanta Humala durante su discurso en la ceremonia de certificación del inmenso río como maravilla natural, ha vuelto a poner en la agenda esa obra esperada y anhelada. Es ahora una oferta oficial y es tan necesario como hace tiempo. No hay que olvidar que no es la primera vez que se habla de un museo para Iquitos. Ya el alcalde Palacios, hace décadas, soñó con edificar un lugar así, pero nunca se atrevió a poner la primera piedra. La obra quedó en el olvido, en el vacío, convirtiéndose en una de nuestras más evidentes carencias.
Es la primera vez que un mandatario peruano habla de un museo para la Amazonía. Ello es una ventaja indudable, porque es una promesa fuera del discurso electoral. Es una gran oportunidad para que de una u otra manera alcancemos a otras ciudades que desde hace tiempo tienen muesos como algo normal y natural. El mueso no debe ser una promesa más. Tiene que ser una hermosa realidad dentro de poco. Convendría entonces que las autoridades y la ciudadanía hagan algo para que el museo acelere su construcción. No debemos cruzarnos de brazos y esperar con los ojos abiertos que el museo caiga por su propio peso. Buscar esa obra no estaría nada mal.