Luego de nueve años enfrentando acusaciones por el caso Petroaudios, Rómulo León Alegría, Alberto Químper y el resto de procesados fueron absueltos en última instancia por la Sala Penal Permanente de la Corte Suprema de Justicia.
El tribunal confirmó la sentencia de la Tercera Sala Penal Liquidadora del 16 de febrero de 2016. En esta se desestimaron los cargos de tráfico de influencias, cohecho pasivo y negociación incompatible. La sentencia de este miércoles resolvió que los audios y correos electrónicos entre los involucrados que se difundieron por medios de comunicación no son una “prueba lícita”, porque fueron obtenidos de manera ilícita.
El escándalo empujó Jorge Del Castillo a renunciar al cargo de presidente del Consejo de Ministros del gobierno de Alan García.
El origen del escándalo. En octubre de 2008, Cuarto Poder publicó audios de conversaciones entre Rómulo León Alegría (entonces miembro del Apra), Alberto Químper (entonces funcionario de Perú-Petro) y Fortunato Canáan (empresario dominicano representante de la empresa Discover Petroleum).
En los diálogos muchas analistas y políticos dijeron entender que los involucrados hicieron negocios irregulares para favorecer a la empresa Discover Petroleum en las licitaciones de lotes petroleros. Además, León y Químper hablaban en ellos de cobrar «honorario de éxito» por haber impulsado el acuerdo, pese a que el segundo era dirigente de Petro-Perú.
El caso hizo conocido algunas palabras que se usaron en la conversación entre ambos:
– Petroaudios: nombre con el cual se conoció el caso.
– Faenón: término que Químper uso para describir el resultado de la licitación. Hoy es sinónimo de un negocio ilegal, bajo la mesa.
– Aceitar: hoy se usa para referirse al acto de sobornar.
– Ratas: término que usó Alan García para referirse a los involucrados en el caso. Hoy se usa para referirse a corruptos.