LA CIVILIZACIÓN O CACA DE ELEFANTE

En uno de su ciclos de la historia humana, que es este, el cual se está viviendo y somos afortunados de estar presente en este momento y presenciar la decadencia, y ojalá que sea pasajera y efímera, una de las creaciones del hombre que ha servido siempre para humanizar más al hombre, ahora está viviendo uno de sus momentos más vacíos: el arte. A este vacío artístico se suma el vacío existencial de la humanidad como se refleja en el producto del arte como es la misma civilización y la cultura humana. Un concepto de cultura que cada vez se hace humo en el vocablo de la humanidad post moderna del consumismo y de expresión light, rosada y con poca creatividad.

En La civilización del espectáculo (Alfaguara 2013) Mario Vargas Llosa impone  el dedo en la llaga y toca la parte más dolorosa de la actual humanidad. El arte, la cultura y la civilización, tres palabras de la cual se han generado muchos estudios por años, pero que en este libro el autor sabe detallar con mucha lucidez lo que pasa con la incomodidad de estas tres palabras que a lo largo de los años forjaron la humanidad y que ahora son palabras empolvadas en el recuerdo. ¿Desde cuándo se ha construido este vacío en el arte, la cultura y la civilización en el hombre que ha hecho que lo único que revele no sea creatividad, sino ocio sin dolores en las sentaderas, oficio de la coyuntura y la moda vaga? Toda la civilización está confundida en el vacío del consumismo y lo ligero. La cultura de la modernidad no existe, solo existe la moda de la modernidad con el vacío de la cultura.

A pesar que a lo largo de los años el concepto de cultura ha ido variando, su enriquecimiento siempre fue humanístico y generaba progresos. En la actualidad esa alimentación de los incultos de la cultura ha ido tomando posesión más en esta época y los cultos han ido pasando a ser los aburridos de bibliotecas y lo que no pueden ocupar un lugar en las escazas revistas de alto conocimiento. Ni los medios de comunicación cultivan ese progreso por lo que todos se alimentan de la coyuntura y el amarillismo del momento de la sociedad para alimentarse a sí misma.

El entretenimiento del mundo es una de las características que gobierna a la civilización. Este es ideal para seguir viviendo, entreteniéndose con la desgracia de los otros que se parezcan a nosotros y así poder sentirnos identificados con ellos y hacernos creer que si a ellos les pasa eso porque a nosotros no. El estar interesado siempre lo que le pasa a los demás nos mantiene vivo, donde podamos vernos reflejados y sentirnos tranquilos para poder seguir existiendo, una existencia alimentada por la chismografía y el espectáculo. La frivolidad y la banalización de la cultura deja a un lado el valor supremo humano y hace que solo un estúpido niegue el esparcimiento y diversión a un mundo totalmente embrutecedor en ruinas deprimentes.

Todo ello trae como progreso de un desfogue existencial y poco enriquecedor, ni sensible, ni emocional. El erotismo como acto civilizado y cultural también ha ido desorientándose en su acto y en su concepto semántico, por lo que la civilización post moderna huele a intolerancia y a desfogue desorientador sexual como producto del comercio y el consumismo en el mercado sexual. Ya nada íntimo en la post modernidad llena el alma de sus habitantes.

Ya en uno de sus mejores ensayos sobre el arte (Caca de elefante, que publicó en su columna Toque de Piedra, en el diario el País de España), Mario Vargas Llosa antecede sus opiniones claras y contundentes sobre la situación actual del arte. El arte como la cultura y la civilización también ha ido perdiendo su valor semántico y diacrónico. Un arte Light de la modernidad lleno totalmente de vacío creativo, de espectáculo. La ruptura de la tradición artística dentro de sus propias fronteras hace que estos artistas nunca vuelvan a construir minuciosas piezas con detalles artísticos.

Indudable  este libro es uno de los mejores de estos últimos años como radiografía de nuestra real civilización y cultura, porque desde hace muchos años ya venía oliendo a caca de elefante estos conceptos que nos hacen humanos.