Hoy en día es común escuchar en las noticas sobre la crisis de la clase política peruana, debido – en sentido macro – a problemas y discrepancias entre el poder legislativo con una mayoría opositora y el poder ejecutivo lleno de técnicos con amplia experiencia en el sector privado; y en sentido micro o local, a los múltiples casos de corrupción que se encuentran en muchas de las regiones con sus gobernadores y ex gobernadores regionales en procesos penales. Ante esta situación es muy común escuchar afirmaciones como “la política es cochina” o “todos los políticos son corruptos”, siempre evadiendo la responsabilidad que nos arraiga tras haberlos elegido con la popular frase “que robe pero que haga obras”.

Muchos filósofos y principalmente el alemán Georg Wilhelm Friedrich Hegel, en sus distintos escritos utiliza el término “volksgeist” que puede ser traducido como “el espíritu del pueblo” y entiende al Estado como tal, es decir, que se entendería como la encarnación racional de un pueblo o de sus intereses y ello se da cuando los ciudadanos concientizan la idea y la consecución de libertad a través de instituciones, formando el Estado, lo cual nos lleva a entender que éste expresa la cultura nacional, es decir, como somos todos (Hegel 1928).

De lo analizado se desprende que, si el Estado expresa la cultura nacional y hoy en día se habla de una crisis en los distintos poderes del mismo, de manera clara, se deduce que el problema va más allá de los agentes políticos actuales e involucra a la población en general; es decir, el Estado personifica a la Nación entendida como el conjunto de ciudadanos, es por ello que es menester identificar qué es la ciudadanía, qué derechos otorga a las personas y qué obligaciones arraiga.

Se entiende como ciudadanía a la pertenencia a una Nación, lo cual nos otorga una membresía a la comunidad política de la misma, otorgándonos derechos y deberes que debemos cumplir como miembros conformantes. Sobre ello el filósofo y político canadiense Will Kymlicka, señala en su obra “ciudadanía multicultural” que existen tres principales derechos o demandas de las cuales gozan los ciudadanos como miembros de un grupo:

  • Derechos especiales de representación
  • Derechos multiculturales
  • Derechos de auto-gobierno (Kymlicka 1996).

Al tener claras estas premisas podemos señalar que la efectividad estatal depende de la participación activa de la ciudadanía; es decir, de la población, pues el Estado la personifica y expresa las distintas necesidades que tienen el conjunto de grupos que finalmente conforman la Nación; por lo tanto, la relación existente entre el Estado y la ciudadanía genera entre si una retroalimentación que puede graficarse de la siguiente manera:

(Seifert: 2017)

Entonces, la principal fuente para el surgimiento de la crisis Estatal no son los políticos actuales o la política en general, el problema somos los ciudadanos que no ejercemos nuestro derecho político y nos olvidamos de que el interés general debe primar sobre el interés individual, ya que formamos parte de un grupo llamado Nación.

Miguel Angel Rojas Rios

Abogado

Maestrando en Gobierno y Políticas Publicas

rojasr.miguel@pucp.edu.pe

 

BIBLIOGRAFÍA

HEGEL, Georg

1928        «Introducción a la Filosofía de la Historia». España: Alba Libros

KYMLICKA, Will

1996        “Ciudadanía Multicultural”. Barcelona: Editorial Paidós

SEIFERT, Manuel

2017        “Estado, Nación y Ciudadanía” [Diapositivas]. Consulta: 26 de junio de 2017