El señor José Ricardi Bordoni es un varón que nació para irse de aventura por los caminos del mundo. Dueño de una fuerza corporal nada común, suele dar espectáculos de resistencia como romper barras de hielo con su dura cabeza, dejar que camiones pasen por su cuerpo, jalar vagones de trenes con los dientes, pelear con animales salvajes y otras hazañas dignas de recordación y alabanza. Es argentino de nacimiento y su apodo es el de “Sansón del Amazonas”, y en sus andanzas arribó a la ciudad de Iquitos buscando a un representante para que le ayudara a vender su espectáculo al novelero público iquiteño.
El representante de marras tenía una idea mejor para aprovechar la fortaleza del bueno de José Ricardi Bordoni y le convenció para que se presentara como candidato a cualquier cosa en las elecciones del 2016. Fue así como el hombre fortachón, el varón de las proezas físicas, se vio envuelto de pronto en la campaña para alcanzar el grado de alcalde de Maynas. El “Sansón del Amazonas” no hace concurridos mítines, no lanza promesas que el viento se encarga de desaparecer, no ofrece solucionar nada, ni quiere sacar de la pobreza a nadie, no anhela luchar contra la corrupción y ni busca el renombrado progreso. Lo único que hace, como un credo intercambiable o una consigna inevitable, es golpear con su frente una sólida pared de cemento.
Los golpes contra la pared son ejecutados desde tempranas horas del día hasta cerca de la medianoche. El candidato José Ricardi Bordoni solo descansa para tomar sus alimentos y hacer una pequeña siesta. Luego sigue golpeando la pared que se remece de vez en cuando. La novedosa manera de presentar su candidatura no solo ha llamado la atención de la prensa internacional, sino que le ubicado en los primeros lugares de la preferencia del electorado.