El doctor Joel Parimango, ex candidato a la alcaldía del agrario distrito de San Juan, recorre las principales ciudades, pueblos, caseríos y centros poblados de la región Loreto. En su indetenible peregrinaje no se detiene ni se da tregua y diariamente devora las distancias y piensa en poco tiempo despachar todo el territorio de la más vasta zona del país. En todos esos lugares brinda atención médica primaria, cura enfermedades, receta para diferentes males del cuerpo y del alma, pero a diferencia de cuando era candidato, cuando buscaba votos, ahora cobra por sus servicios.
Las elecciones del 2016 ya han pasado y el aludido no consiguió el cetro edil del distrito. En vez de dedicarse a su profesión con su gabinete fijo o detenido en algún lugar o trabajar en alguna dependencia médica, el matasanos decidió seguir con su campaña médica. La idea de seguir como si nada hubiera pasado le ocurrió cuando atendía gratuitamente en Secada Vigneta. Allí se dio cuenta que podía perder las elecciones debido a una pitonisa que le leyó la palma de una de sus manos. Cuando alguien le reclama por cobrar, el citado responde que los políticos no viven del aire, que él también requiere tener su billete. ¿De qué cosa va a vivir si no cobra por las atenciones médicas que antes eran gratis? ¿Quién le va a mantener en todo ese tiempo en que no hay campaña? ¿Acaso va a pedir limosna a las personas que encuentra en su camino?
En algunos lugares el doctor Joel Parimango encuentra una seria oposición de parte de los moradores que no quieren verle ni en pintura. El galeno no se hace inconveniente con ese tipo de recibimiento y dice que se trata de sus enemigos políticos que no quieren que vuelva a postular a la alcaldía. Luego sostiene, muy suelto de huesos, que cuando comience la nueva campaña política volverá a atender gratis.