CURÁNDOSE EN SALUD

Javier Vásquez

 

El mejor método anticonceptivo es aquel que la persona o pareja que la utiliza están dispuestas a usarlas correctamente. Por ejemplo si una mujer decide cuidarse con las píldoras anticonceptivas, uno de los métodos más seguros, debe tomarlas diariamente; si es despreocupada se olvidará de hacerlo ocasionalmente entonces el método puede fallar. Si una pareja decide cuidarse con la abstinencia periódica que consiste en no tener relaciones sexuales en los días de ovulación, teniendo un porcentaje de fallo de 10 a 15% pero lo cumple escrupulosamente, entonces la tasa de falla es casi cero.

Para elegir el método anticonceptivo adecuado se tienen que tener en cuenta muchas consideraciones: la salud general del paciente, la frecuencia de sus relaciones sexuales, la cantidad de parejas sexuales, si desea tener hijos en el futuro, la eficacia del método para evitar el embarazo, los posibles efectos secundarios, el grado de comodidad al usar cada método.

Pero en nuestra sociedad existe un gran número de personas con necesidades insatisfechas y existen razones importantes para ello: poca variedad de métodos, acceso limitado a la anticoncepción, particularmente entre los jóvenes (no olvidarse que Loreto es el departamento con mayor cantidad de gestantes adolescentes), segmentos más pobres de la población, que no pueden acceder a la píldora del día siguiente por haberse prohibido repartirla a través del Ministerio de Salud Otras razones por el miedo exagerado a los posibles efectos secundarios, oposición por razones culturales o religiosas, servicios de hospitales o centros de salud que brindan atención de mala calidad y también las barreras de género, en que a la mujer le cuesta acceder más a ciertos métodos anticonceptivos.

Los principales métodos son los de abstinencia periódica: del ritmo, del moco cervical, de la temperatura basal, el sintotérmico que es la combinación de los anteriores y el de la anovulación por la lactancia materna.

Luego siguen los métodos de barrera que son los que se interponen entre el óvulo y el espermatozoide: el condón, el único que está comprobado que puede prevenir muchas enfermedades de transmisión sexual, el condón femenino, de más aceptación actualmente, las esponjas, los espermaticidas. Su eficacia es moderada.

Entre los anticonceptivos hormonales tenemos los orales que generalmente son una asociación entre algún estrógeno y una progesterona, siendo su mecanismo de acción principalmente la anovulación. Sus efectos secundarios no son usuales pero se puede presentar sangrado intermenstrual, aumento de peso, flujo vaginal, cloasma, cefalea, mastodinia (dolor en las mamas) y cambios en el libido. Las ampollas de uso trimestral generalmente cursan con la supresión de la menstruación. Ambos métodos tienen alto porcentaje de éxito, con una falla de uno en mil. Los implantes hormonales son un tubo de progesterona que se inserta en forma subdérmica y su duración es de tres años. Los métodos hormonales no se aconsejan usar en pacientes con tumores ginecológicos, sangrados irregulares, problemas hepáticos y circulatorios entre otros.

El dispositivo intrauterino (DIU) es la famosa T de cobre, siendo la otra la Nova T que tiene revestimiento de plata tienen como mecanismo de acción la espermiólisis (destrucción de los espermatozoides), causada por varios mecanismos. Su uso es por 5 a 10 años y son bastantes seguros. Sus efectos indeseables son, a veces, el aumento del sangrado menstrual y los flujos vaginales.

Luego vienen los métodos irreversibles siendo ellos la vasectomía y la ligadura bilateral de trompas. En artículos anteriores nos referimos a la píldora del día siguiente.

Ante todo esto uno no puede autorecetarse un método, hay que acudir a un profesional para que nos explique en detalle su acción, sus efectos secundarios y todas nuestras dudas.