Javier Vásquez
Hace un tiempo se publicó en varios medios de comunicación que un niño de 11 años, proveniente de Lima, contrajo una peligrosa ameba, la Naegleria fowleri, conocida como “comecerebros”, durante su viaje a Iquitos en las Fiestas Patrias, aparentemente en la laguna de Quistococha. La madre del menor contó que cuando regresaron a la capital, el pequeño tuvo fiebre alta y luego de detectar la presencia del “neumococo”, se hicieron nuevos análisis y encontraron a la ameba mencionada, siendo necesario conectarlo a un respirador artificial en Cuidados Intensivos en una clínica de la capital.
Esta ameba se introduce en el cuerpo humano a través de las fosas nasales, y destruye el tejido cerebral de su huésped, por lo que el 99% de los afectados fallecen por su causa. La infección de por sí es muy rara. La ameba se encuentra en agua dulce templada, como lagos, ríos y aguas termales, aunque también puede estar en la tierra, o en piscinas en las que el agua no haya sido tratada con cloro de forma adecuada. Se desarrolla mejor a temperaturas altas, normalmente hasta un máximo de 46ºC, aunque puede sobrevivir cortos periodos a temperaturas superiores, y también puede permanecer en los sedimentos de lagos o ríos a temperaturas inferiores a las que se encuentra en el agua.
Los síntomas iniciales de la infección se presentan alrededor de cinco días tras la exposición al organismo, son semejantes a los de una meningitis bacteriana, y suelen incluir fiebre, dolor de cabeza, náuseas o vómitos. Posteriormente aparece rigidez en el cuello, confusión, pérdida del equilibrio, falta de atención, alucinaciones y convulsiones. La enfermedad progresa muy rápidamente y el paciente fallece entre 1 y 12 días tras la aparición de los primeros síntomas.
Aunque se han probado distintos medicamentos para combatir la infección que han resultado eficaces en el laboratorio, en la actualidad su tasa de mortalidad es superior al 99%, y fallecieron incluso los pacientes a los que se había tratado, por lo que la prevención es la única forma de combatir al parásito.
Ante todo esto la prevención es lo más importante y se recomienda evita nadar en lagunas o ríos en las épocas en que la temperatura del agua sea alta o cuando el nivel del agua esté bajo.
No remover el sedimento cuando se realicen actividades en zonas con agua dulce templada poco profundas. No sumergir la cabeza bajo el agua para evitar que ésta penetre en la nariz, sobre todo si se trata de piscinas que no hayan sido tratadas.
Además, irrigar las fosas nasales con agua corriente contaminada también permite a la ameba comecerebros penetrar en el organismo. Por ello, para irrigar, lavar o enjuagar los senos nasales se debe utilizar únicamente agua destilada o estéril, o que haya sido previamente filtrada, o hervida durante uno a tres minutos.
La especie más común en el Perú es la ameba Balamuthia mandrillaris. Investigaciones recientes apuntan que 55 de los 177 casos de Balamuthia mandrillaris reportados hasta el año 2010 a nivel mundial fueron peruanos. Son gérmenes que requieren medicinas a precios muy altos y de alto nivel, ya que debido a lo inusual de los casos, la mayoría de los tratamientos son experimentales.