La remota comunidad de 12 de Octubre se independizó del régimen gubernamental de la región Loreto. Sucedió en aquel tiempo de elecciones generales del 2016 cuando ya se iba a realizar la segunda vuelta, los casos de malaria aumentaron en dicho lugar sin que los servidores de Fernando Meléndez hicieran algo. Las muertes continuaron y los líderes de dicha aldea, por su cuenta y riesgo, hicieron un plebiscito. La votación fue abrumadora y 12 de Octubre decidió separarse del Perú. Como no podía vivir aislada del resto del mundo, buscó integrarse en otras condiciones a la república española, mediante un puente aéreo hecho a base de aviones de última generación.

La propuesta de la aldea iba a cristalizarse cuando a última hora, después de misa, luego de todo y más, arribó Fernando Meléndez  con un balón de gas vacío. Era el momento en que el gobernador iniciaba su campaña para convertirse en el primer presidente de un estado federal que no existía en ninguna parte. Fuentes consultadas por ese cronista sostienen que algo está fallando en el cerebro del líder del Mil y unas noches. Se supone que lo mejor que podría hacer es mandar revisar su tutuma.

Mientras tanto los separatistas, mientras llega la ayuda local, nacional e internacional, mientras viene el gobierno actual con sus servidores decididos, mientras aparece en el horizonte el gran Superman,  encontraron acogida y apoyo en el gobierno trepidante y estridente de don Nicolás Maduro.  El mismo acaba de nacionalizarles llaneros de corazón y nervio, acaba de darles sus primeros documentos y acaba de aumentarles el sueldo básico que les servirá bastante ya que con esa plata podrán hacer varias cosas, menos prestar al vecino. Todo ese dinero cobrado en las vetustas oficinas de Caracas les servirá para comprar un solo huevo, y de gallina regional.