Una artista nacida en Iquitos que radica en Europa

El pasado sábado 21 de diciembre, la glorieta de la plazuela de Belén fue escenario de la presentación de la artista peruana Kay Zevallos Villegas, donde realizó una instalación performática, invitando al público a interactuar con su obra.

La intervención, en palabras de la artista, interpeló sobre los roles de hombres y mujeres a lo largo de una historia donde la explotación y el abuso se han naturalizado como dinámicas principales de la humanidad.

“La glorieta, título de la performance, es también una reflexión en torno a la etimología misma de la palabra glorieta, que significa una pequeña gloria, que podría tener graves consecuencias. El boom del caucho, el petróleo, la madera, la minería informal, la trata, la explotación sexual, la esclavitud, todo esto para que solo unos cuantos gocen de este banquete. Fue y sigue siendo la performance de nuestras sociedades, una canibalización de pueblos y de la tierra.”, añade Kay Zevallos quien vivió en la ciudad de Iquitos en su niñez y actualmente reside y trabaja en Europa como artista escénica y visual.

La performer Kay Zevallos, construyó en el centro de la glorieta un monumento con diversas frutas y postres, ubicándose ella en el centro. Alrededor de la plazuela sonaba un audio que repetía constantemente frases típicas utilizadas por las vendedoras para jalar a sus clientes en el mercado. «Este pollo es de doble pechuga como el de la vendedora. Lleva esta pierna, eso le gusta a los hombres. Ven amorcito te voy a dar con yapa. Ven ya bonito está fresquito mi culantro, entre otros más».

El monumento de frutas fue consumido por el público durante la performance, quedando al final solo las sobras. «Tomar, arrebatar, obligar, todos son actos de amputación, de destrucción, dolor. Esta instalación buscó manipular situaciones y espacios para construir un discurso reflexivo en torno a la explotación y el abuso del ser humano a su entorno y hacía ellos mismos. Cuando alguien tomaba algo de esta montaña de alimentos, mi cuerpo era violentado simbólicamente y físicamente por mí misma. Al final quedaron solo sobras y basura. Ahí empezó otro ciclo, yo me convertí en desperdicio que es alimento para otros. La cadena continua, en los escalones del poder».

La acción se realizó durante 4 horas, en las cuales la artista atravesó diferentes situaciones reales de padecimiento y tipos de flagelación. Kay Zevallos Villegas, llegó desde Francia hace 10 días a nuestra ciudad para llevar a cabo esta instalación, la misma que vino trabajando hace muchos meses atrás.

«El punto de partida para la reflexión e investigación en torno a esta pieza fue la pintura de Christian Bendayán titulada El Banquete (2013). En la pintura de Bendayán tres personajes hombres están alrededor de una mesa de frutas con una mujer que es servida también como banquete. Yo busqué interrogar a estos personajes, que finalmente se convirtieron en los habitantes de Belén y el público que asistió a presenciar la obra. Tuve la oportunidad de contar con la colaboración artística de Christian que me permitió conocer más sobre su obra y de esta forma poder contextualizarla, utilizando el espacio urbano, su arquitectura, su memoria, para generar un sentido y una interpretación de la vida urbana que está en constante transformación. De esta forma, fue el público quien se apropió de la obra, y fue también una llamada de alerta hacia el abandono de las autoridades ante el patrimonio arquitectónico», culminó Kay Zevallos.