La madrugada del último lunes, el miedo volvió a apoderarse en Juliaca. Aproximadamente las 3:40 a.m. cuando Yordi Darwin Quispe Condori (27) fue sorprendido en la puerta de su vivienda, ubicada en el jirón Juan Pablo Segundo de la urbanización San Julián, por un grupo aproximado de ocho a diez delincuentes fuertemente armados que vestían chalecos similares a los de la Policía.
El objetivo de los asaltantes fue presuntamente apoderarse de la camioneta Toyota RAV-4 negra del joven. Para ello, llegaron en tres vehículos, entre ellos un Toyota Rush blanco con placa CNF-593, y portaban armas de corto y largo alcance que usaron para amenazar a la víctima.
Un asalto que pudo terminar en tragedia
Según narró Quispe a las autoridades, al resistirse al robo fue golpeado violentamente. Mientras tanto, su pareja, en un acto desesperado, logró cerrar la puerta de la vivienda, evitando que los hampones ingresaran al interior de la casa. Esa acción evitó una tragedia aún mayor.
Los delincuentes, frustrados al no poder llevarse el vehículo, emprendieron la fuga con dirección a la salida de Lampa en el Toyota Rush. Para la Policía, la placa identificada constituye una pista clave en las investigaciones.
Investigación en curso
La fiscal Andrea Quispe Condori, de la Primera Fiscalía Provincial Penal Corporativa de San Román, llegó a la zona para disponer las diligencias de Ley. La escena del crimen fue cercada por agentes policiales, quienes también revisan las cámaras de seguridad de la urbanización para dar con los responsables.
De acuerdo con la versión de la víctima, los hampones habrían estado realizando un seguimiento previo a tres vehículos de la zona, incluido el suyo, lo que confirma la planificación del robo agravado.
Un patrón delictivo en Juliaca
Este violento intento de asalto no es un hecho aislado. Según registros de la Divopus Juliaca, en lo que va del año se han reportado doce intervenciones por delitos contra el patrimonio, de las cuales al menos tres casos involucran el uso de chalecos falsos de la Policía.
La modalidad preocupa a los vecinos, quienes denuncian que la inseguridad crece sin control y exigen mayor presencia policial en sus calles.
Mientras tanto, Yordi Quispe fue atendido en un centro médico local por lesiones leves. Hoy, junto a su familia, intenta recuperarse del susto que dejó la peor madrugada de su vida.
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