[AYUDABA A CUIDAR ESPACIO INVADIDO POR SUEGRA].
Hasta el cierre de edición ningún funcionario de la Policía Nacional y menos del área de imagen se han pronunciado por este suceso.
Entre el llanto de sus parientes y la indignación por no hallar al responsable por la muerte de su pareja encontramos a los familiares del joven que pereció luego de varios días de agonía tras ser baleado en la cabeza bajo circunstancias aún no esclarecidas.
Llegamos hasta la vivienda de la madre del que en vida fue Raúl Agustín Vigo Marapara (23), donde vienen siendo velados los restos del joven y tras dialogar brevemente con sus allegados pudimos constatar su molestia y dolor pues – estos – aseguran que la muerte del estudiante se dio de forma premeditada. Lo que acusan los familiares es que los efectivos destinados a realizar el desalojo no usaron sus armas de reglamento en primera instancia para disuadir a los revoltosos pero si dispararon contra los cuerpos de invasores e inocentes como es el caso del infortunado. “Aquí lo que ha sucedido es un crimen pues mi sobrino no ha tenido que ver directamente con ese problema de la invasión, la enamorada mencionó que su madre tenía un terreno y él ayudaba a cuidar en ese momento cuando se desarrollaron los hechos. Las probabilidades de vida eran escasas pues nunca pudieron sacarle la bala y mi sobrino resistió mucho por lo que su partida deja un gran vacío. Era un muchacho noble y empeñoso por lo que exigimos justicia”, refirió el tío. El cuerpo inerte del joven yacía dentro de un alargado ataúd con flores por doquier y sobre ella la enamorada con la que pretendía tener una familia y para lo cual trabajaba no paraba de lamentar la desaparición del joven que ama y que mañana acompañara a su última morada. (M. Lizarzaburu)
