ESCRIBE: Jaime A. Vásquez Valcárcel
La mayoría de políticos que aparecieron en la década del 60 y 70 del siglo pasado tuvieron su origen en gobiernos dictatoriales y, luego, se convirtieron en demócratas. Combatieron, en una conversión políticamente incorrecta, a dictadores que se iniciaron como demócratas. Decimos esas décadas para no remontarnos a las épocas odriístas, leguiístas y sanchezcerristas, solo para mencionar personajes que son de fácil recordación. Si quieren podemos agregar a esta lista al general Oscar R. Benavides, tan mencionado por algunos loretanos como idolatrado, además por damas de gran prestigio en Iquitos.
Entre esos políticos sobresale, por la elocuencia, demagogia y egocentrismo que impregnaba a sus intervenciones, un abogado sanmarquino que fue designado alcalde de Maynas por el general Juan Velasco Alvarado. Jorge Luis Donayre Lozano, fue el último alcalde que tuvo la primera fase de la dictadura militar iniciada el 3 de octubre de 1968 y terminada en agosto de 1975, cuando el entonces Primer Ministro Francisco Morales Bermúdez le sacó de Palacio de Gobierno de la misma manera en la que él había botado a Fernando Belaunde Terry, con las botas. En diciembre de 1974, enero y julio de 1975, baste revisar la hemeroteca de esos años para leer los comunicados, declaraciones y pronunciamientos publicados con firma de Jorge Luis Donayre, y donde eleva poco menos a la categoría de Dios al general que muchos consideran el autor de posteriores desgracias para el país. Como muestra de su respaldo convocó a una sesión de Concejo para rendir homenaje al golpista y dictador Velasco por su cumpleaños el 16 de junio de 1975, dos meses antes de su derrocamiento. Era noticia que el alcalde viaje a Lima para entrevistarse con los máximos representantes del proceso revolucionario. Si era devoto de Velasco, en Iquitos él tambipen tenía sus devotos. Tanto así que fue declarado como “el personaje del año 1974”. Felizmente esa huachafería es arcaica.
Jorge Luis Donayre Lozano, luego de ser un ferviente sirviente del velasquismo, reapareció en la escena política regional y nacional con movimiento propio. El Movimiento Regionalista Loreto (MRL), con el que mantuvo vigencia por varias décadas hasta que los tiempos hicieron que se una a varios partidos políticos nacionales. Desde su agrupación hacía y deshacía acuerdos perjudicando o favoreciendo a sus allegados, según era el caso. Uno de esos fue incluir en 1990 en la lista de candidatos a la Cámara de Diputados al entonces desconocido Iván Vásquez Valera, despojando a otros que militaban en el MRL. Lo mismo que hoy se observa en los políticos Donayre Lozano ya lo hacía décadas atrás con naturalidad y versatilidad. Más allá de sus decisiones controversiales y expresiones frontales el político Jorge Luis hacía entretenida la vida política loretana y, aún después de dejar el Parlamento, varios de sus colegas le recordaban dentro y fuera del hemiciclo. Nació con el velasquismo, combatió al fujimorismo. Todo ello bajo el paraguas de una característica que tanto daño hace al país y la región: el egocentrismo.