Luis Pinedo

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Metida de pata  

El colmo es que en la gestión de Luis Pinedo Piña se instaure el premio educativo conocido con el nombre de Orlando Casanova. Ello es absurdo, pues el mentado es un mediocre ejecutor de obras infantiloides, que además otros le escribían ya que él no escribía ni cartas. Y, además   no tiene la calidad ni el brillo que si tiene, por ejemplo, German Lequerica. De allí que poner su nombre a un premio que pretende reconocer el trabajo de los docentes sea una verdadera metida de pata. Así se contribuye a la mentira, a la primacía de los malos, a la ganancia de los que no tienen méritos. Y eso sencillamente no puede hacer la Dirección Regional de Educación.  

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Abuso de palabra

Hasta este momento es bastante chocante leer a cada rato la palabra internacional asociada a la actual fiesta patronal de San Juan. No sabemos que luminaria ha introducido esa  denominación como una posible muestra de que esa parranda se ha extendido hacia otros confines, otros ámbitos. Pero no ocurre así y la programación mostrada no tiene nada del otro jueves. Es la cansante repetición de lo mismo, la exposición de actos de costumbre. El alcalde Martín Arévalo debería ser el primero en retirar la palabra internacional de esa celebración.

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Preguntas pertinentes

¿Es importante que una cita de máximas autoridades acabe siempre en una comilona? ¿Y quién  hace el gasto para dar gusto a los exigentes paladares que entonces acuden a esas reuniones? ¿De dónde sale el molido para satisfacer las papilas gustativas de los unos y los otros? ¿No  sería mejor que todo termine en los discursos respectivos, en los acuerdos entre las partes? ¿No sería más decente que nadie haga funcionar las mandíbulas durante esas cumbres que a veces ocurren en nuestros pueblos tan propensos a la celebración, la farra y la comilona?    

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Excesos del paro

Y el pasado paro no dejó de tener su abuso y su salvajismo de parte de los señores organizadores, demostrando una vez una intolerancia y un ejercicio de la violencia. Un padre de familia fue herido por enardecidos manifestantes convocados por la aguerrida CGTP. También otros manifestantes enfurecidos atentaron contra vehículos de ciertos periodistas. Todo fue entonces una muestra de provocación, de exceso, que cobró víctimas inocentes. Así no se puede protestar, ni dirigir una medida fundamental para conseguir reivindicaciones. Los promotores del paro, entre los cuales está David Cachique, entonces tienen que poner las barbas en remojo y pedir disculpas de inmediato. .

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Palabra de autoridades               

Las autoridades de Manseriche, en todos los tonos posibles, niegan que el reciente derrame petrolero se haya debido a un atentado. Los citados esgrimen sus razones y muestran sus pruebas para demostrar que tienen la razón. De esa manera se oponen al reciente  rumor que decía que se trataba de otro atentado realizado por indígenas. En esta oportunidad habrá que creer a las autoridades que salen al frente y dejar de lado la suspicacia. Lo más importante ahora es evitar los riesgos del derrame, atendiendo a las víctimas  que no pueden defenderse.

Medida acertada

Nos parece una medida acertada que el alcalde Gerson Lecca haya tenido el suficiente tino para realizar cambios de lugares entre los vendedores de Belén. Pero lo más importante es que no sacó a la mala a esos vendedores sino que los reubicó. Es decir, otorgó un lugar adecuado a más de 400 vendedores de ambos sexos que ahora pueden disponer de ambientes para realizar sus labores diarias. De esa manera no se pierde el orden y nadie se queja del abuso ajeno. De esa manera todo queda en paz y así las cosas marchan mejor.

Aclarando las cosas

Es absolutamente cierto que una cosa es la restricción del servicio de agua potable por trabajos de limpieza y lavados de ciertas unidades y otra el racionamiento perpetuo. En el segundo caso se trata de un corte permanente que ocurre todos los días de la semana y que afecta directamente al pobre usuario. Ello revela además que el servicio es pésimo y que esta restringido a unas cuantas horas. El resto es la incomodidad permanente del que sufre esa lamentable modalidad de ahorro del agua potable.

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