El defensor del trabajo gratis
El señor César Ortiz, conocido personaje fujimorista, debe tener una grave confusión en la cabeza. Con increíble desparpajo, ha declarado a este diario que la ley Bartra es lo mejor que pudo hacer el Congreso. Agregó que era un dispositivo que iba a beneficiar a los jóvenes y que no era un incentivo para la esclavitud. Lo peor de todas sus declaraciones fue que le parecía bien que las empresas no pagaran ni un centavo a los jóvenes practicantes. Es decir, para él es legítimo que un hombre trabaje sin cobrar, se rompa los lomos sin recibir nada a cambio. De esa manera, el citado ciudadano, se ha convertido en el defensor gratuito del trabajo gratis, de la labor no remunerada. ¿No es ello la complacencia ante una nueva forma de explotación y esclavitud?
El chamullo del salario mínimo
En estos momentos, en el Perú, se debate con grandes voces, se discute a rabiar sobre si es conveniente aumentar el paupérrimo salario mínimo. Ello nos parece un simple chamullo, una alharaca de palabras vanas, una pérdida de tiempo. Porque lo que debería importar a los discutidores es que a nivel latinoamericano esa paga es excesivamente baja. Nuestro país paga poco y mal, comparando con otros países de la región. Lo central entonces está allí, en lo exiguo de ese ingreso de hambre. Entonces se debería discutir el monto del aumento, la cifra del incentivo, para de alguna manera igualarnos con Argentina, Chile y otros países que tienen un mejor salario mínimo.
Las barbas en remojo
El señor Daniel Rincón tiene que poner las barbas en remojo. En vez de andar tratando de destituir a alguien de su cargo, debe ordenar la casa desordenada. La Cámara Regional de Turismo anda mal debido a sus actitudes intransigentes, a sus metidas de pata y otros deslices. Muchos de los socios se han desafiliado de dicho gremio por desavenencias con el citado. El citado debe escuchar atentamente las palabras del señor Alberto Conde Obando quien dijo que don Daniel Rincón debe dar un mejor trato a los asociados de Caretur. El turismo nuestro bien merece un cambio de actitud.
Funcionario desubicado
El gerente general de la municipalidad de Maynas, Gerardo Peña Dioses, sufre de un raro mal. Confunde las cosas e ignora la realidad. En forma tajante, definitiva, ha negado la suspensión del arreglo de la cuarta cuadra de la calle Libertad. Pero no citó ni el día ni la hora en que comenzará esa obra. Todo entonces quedó como antes, en el vacío, en la inercia. Hasta ahora nadie sabe cuándo se reparará esa calle, lo cual significa que los vecinos continuarán padeciendo las molestias de costumbre. ¿Cuándo, qué día, qué hora, comenzarán los trabajos en la cuarta cuadra de la calle Libertad?
Nada después del incendio
La inoperancia de las autoridades no tiene cuando acabar. Hace 9 largos y tediosos meses que el jardín Lily Vásquez sufrió un incendio. En su momento, al borde de las cenizas, estallaron las promesas de ciertas autoridades para la pronta reconstrucción de dicho centro educativo. Pero el tiempo pasó y nadie inició nada. Hoy los padres de familia y los mismos maestros vienen exigiendo a las autoridades para que inicien la reconstrucción de dicho plantel. Hasta ahora nadie ha salido a responder a los protestantes. Y ese jardín corre el riesgo de quedar como está hasta el inicio de las clases del presente año.
El caos en la cobranza
¿No se puede hacer algo para evitar los maltratos a aquellas personas de la tercera edad que cobran la Pensión 65? Es denigrante ver el caos, la aglomeración, las tediosas colas interminables que hacen los ancianos y ancianas para cobrar esa exigua suma. No faltan incidentes desagradables como roces o discusiones, desmayos repentinos y otros hechos indignos. Lo que sorprende es que los encargados de llevar adelante esa paga no hacen nada para evitar el caos y los maltratos a personas de ambos sexos que son beneficiados cada 2 meses por esa pensión estatal.
El antro peligroso
En las calles Amazonas con Abancay, del distrito de Punchana, hay ahora un antro donde se dan cita gentes de mal vivir, delincuentes avezados, bebedores empedernidos, bailarines compulsivos. Todos ellos arman un escándalo de padre y señor mío que no deja en paz a los vecinos de ambos sexos. El antro se llama Osiris y es una discoteca de escándalo y desmanes, donde con frecuencia ocurren asaltos. De un tiempo a esta parte, los pobladores cercanos al antro vienen pidiendo a las autoridades que cierren ese local y dispongan la presencia de vigilantes para acabar con los robos y asaltos. Las autoridades nada hacen y el antro sigue funcionando como si nada. ¿Hasta cuándo?