A pie firme
Aún seguimos disfrutando el dulce sabor de ese inobjetable triunfo del seleccionado peruano de futbol ante su similar de Uruguay. Un partido vibrante de principio a fin y con unos minutos finales de infarto. Pero valió la pena ese sufrimiento, la angustia para que al sonar el silbato del árbitro indicando que no había tiempo para más y que ese encuentro ya era historia, salga ese grito contenido de ¡Arriba Perú! el momento era propicio, la victoria caía a pelo, porque en medio de la tragedia que viven miles de compatriotas el deporte de las multitudes nos regaló una migaja de felicidad entre tanta tristeza.
Nos unimos o cómo es
Los loretanos podemos ser cómo este equipo. Es decir, podemos por un momento despojarnos de nuestros apetitos personales, de nuestras opciones partidarias, nuestras conveniencias particulares, para ponernos la camiseta de Loreto. Hay grandes retos que nos convocan. Hay necesidad de mostrarnos unidos ante tantos anuncios que postergan, por ejemplo, grandes proyectos que tienen que ver con el desarrollo de la región. Pero, sentimos que, una vez más, el egoísmo y la mezquindad nos quiere ganar. Y eso es lamentable.
Cuando el río suena…
En Sedaloreto las cosas están de mal en peor, y el epicentro de todos esos laberintos que se generan en las entrañas de esa empresa está en la presidencia del directorio. Todos los cuestionamientos de trabajadores, proveedores, sérvices y hasta funcionarios, dan cuenta de una serie de acciones que en otros espacios hace ratos fueran motivo de remover inmediatamente del cargo a un personaje tan señalado. Incluso se habla que hay una “mano negra” que valiéndose de su cargo de regidor estaría moviendo sus hilos para favorecerse empresarialmente. Atención con eso.
Triste saldo
Ese mal “Niño Costero” ya nos ha costado hasta el momento 97 personas fallecidas, y mientras tanto la naturaleza, los desbordes de los ríos, los huicos y lluvias no parecen tener clemencia ni ganas de desaparecer aun de nuestro territorio nacional. Las regiones de la costa norte del país, siguen siendo las más afectadas, sobre todo, la región Piura, donde prácticamente poblados enteros se encuentran inundados, como el distrito de Catacaos, capital de la artesanía de los piuranos.
Tiempos difíciles
Y si hoy estamos tremendamente preocupados por lo que viene ocurriendo, muchos no somos conscientes de lo que será la post inundación. La etapa de la recuperación y reconstrucción de las zonas devastadas. Eso será una tarea titánica para todos los peruanos. Las enfermedades aparecerán con mayor fuerza, porque pasa el tiempo y todo se vuelve insalubre.
Entró en shock
El Hospital Iquitos en el local temporal que ocupa solo cuenta con 8 a 10 camas en sala de Medicina, cuando en el antiguo ambiente tenían 48 camas. Una reducción tremenda y preocupante, por lo tanto, las autoridades del Gorelor y Diresa deben tener en cuenta que se han trasladado de local para la futura –y ahora lejana- construcción del nuevo edificio, pero la demanda de pacientes sigue siendo la misma. Eso no se ha reducido, entonces deben tomar en cuenta las reiteradas recomendaciones y llamadas de atención por parte del Cuerpo Médico y demás profesionales y técnicos del “César Garayar García”.
Manitas de seda
Hay municipalidades cuyas autoridades tienen aserrín en la cabeza, porque no se entiende cómo es posible que ante la evidencia y contundencia de operativos de uno y otro tipo contra empresas que atentan contra la salud física y moral de los vecinos se queden tan tranquilos y cruzados de brazos. La reciente intervención a una fábrica de arroz “bamba”, es la mejor demostración de lo que decimos, porque pese a lo que se encontró en ese almacén, ayer continuaba con las puertas abiertas atendiendo como si nada hubiera pasado con ellos y la muni de Belén, mirando por otro lado.