Reunión para cargo
Resulta que el electo vicepresidente de la región Loreto Andrés Ferreira Macedo de una u otra forma trata de imponer su “predominio” ante el profesor Elisban Ochoa Sosa. Pero, parece que las cosas no les están saliendo bien, pues la propuesta realizada le salió el tiro por la culata. La propuesta para que el médico Rodríguez Ferrucci sea el nuevo director de salud quedó en nada, pues se conoce que el que decide en las designaciones y en los cargos es el mismo profesor Elisban Ochoa Sosa quien no acepta imposiciones de ningún tipo.
Vocación de fuga
La congresista Patricia Donayre tiene una vocación de fuga. Desde hace tiempo parte sin cesar, cambia de casaquilla. Es una migrante convicta y confesa y acaba de renunciar a su última militancia. Lo cual revela un carácter instable, una incapacidad para tener un credo y una divisa. Acaba de irse del partido que lo cobijó durante meses. Y nadie sabe si ella volverá al fujimorismo, anclará en otra agrupación o fundará un colectivo dentro de los escaños. Cualquiera que sea su destino estamos seguros que volverá a mudarse, a irse con su música a otra parte, a cambiar de casaquilla.
Las obras inconclusas
La alcaldesa de Maynas, Adela Jiménez, se equivoca cuando dice que sus obras culminan el 31 de diciembre. Porque está visto que algunas de esas obras no terminarán para esa fecha. Debido a paralizaciones, interrupciones y otras desgracias que interrumpen las obras. Es posible que algunas obras terminen para esa fecha, pero estamos seguros que otras se quedaran a medio camino. Y esperamos que el chabacano alcalde que lo reemplazará continúe con esas obras, sin trabas ni interrupciones.
La renuncia del alcalde
El flamante alcalde de Maynas, Francisco Sanjurjo, debería renunciar en el acto. Se podría decir que no sirve para el cargo que ha ganado sin levantar ni una propuesta interesante. Declaró que la alcaldesa le deja un millón de problemas. De eso se trata, de problemas sin resolver, de inconvenientes abundantes. El citado sabía lo que se venía y en vez de quejarse debería buscar la manera de solucionar ese millón de problemas. Para eso le han elegido, para eso votaron por él. Pero si se aterra ante los inconvenientes podría agarrar sus chivas y sus corotos y renunciar al cargo. No faltaba más.
Los enemigos de adentro
Toda la razón del mundo tiene el gobernador Elisban Ochoa cuando dice que los enemigos de adentro son más peligrosos que los enemigos de afuera. En efecto, es más complicado combatir a las propias fuerzas que se empeñan en torpedear la gestión. Uno de esos peligros, por ejemplo, es la tenaz lucha de algunos para alcanzar algún pequeño cargo. Las maniobras, los dimes y diretes, las movidas están a la orden del día, buscando un nombramiento. Esperamos que el gobernador entrante pueda al fin neutralizar a esos enemigos de adentro.
El peligro de la basura
Hemos regresado a la ciudad después de algunos días de ausencia y lo más resaltante que encontramos en el lugar donde vivimos es un esquinero promontorio de basura. Dicho promontorio está allí, invicto, tenaz, a la vista de todos y todas y nadie es capaz de recoger los desperdicios. Es posible, así como van las cosas, que ese promontorio crezca con el correr de las horas y al final tengamos un verdadero cerro en la esquina. Lo peor que podría pasar es que en otros lugares podrían aparecer más promontorios en varios lugares de la ciudad, convirtiendo a Iquitos en un suburbio asfixiado por los desperdicios.
Malos maestros
Es una mala noticia que existan maestros de garras largas que hacen mal uso del dinero que reciben para el mantenimiento de las escuelas. Sorprende que sean tantos los docentes que no se controlan y meten la mano en los presupuestos. Ante ese delito una legión de maestros están siendo procesado por peculado doloso. Una lástima que el magisterio tenga que soportar la presencia de malos profesores que se alocan ante el dinero enviado y que meten las cuatro. A ese paso la educación regional seguirá deteriorándose.
La limpieza de los policías
El comando de la policía nacional no debería contentarse con el operativo de limpieza que hizo en la ribera del río Itaya. El gallardo comando debería expandir su campo de acción y, ante la abundancia de basura, debería dedicarse a la limpieza de toda la sucia ciudad de Iquitos. Así los heroicos uniformados podrían convertirse en piezas claves para acabar con ese flagelo. Entonces la policía reemplazaría a los empresarios ineptos que nada pueden hacer para limpiar la ciudad, a las autoridades que no saben qué hacer ante tanta basura. De esa manera, creemos, se acabará para siempre ese viejo y ancestral problema.