Se quedaron mudos
El silencio escandaloso de los consejeros regionales, solo convierte al Consejo Regional en un órgano inútil y poco productivo para la labor de fiscalización que debe cumplir. Y ese mutis se hace más evidente ante los recientes viajes del gobernador a Israel y al Cusco, tremendamente cuestionados. Mínimamente debería haber un pronunciamiento. Pero no hay nada. Es un cero a la izquierda, ninguno de ellos solicita una investigación o pide citar al gobernador para que explique estos hechos. Y solo hay silencio en la noche y ni siquiera dicen como el Chato Grados, “pio pio”, pero ni eso, son pura finta.
Unos sí, otros no
Cómo se priorizan las obras de refacción de las Instituciones Educativas. Bajo qué criterios se toma la decisión de remodelar o arreglar tal o cual local. Porque hay varios colegios que hace años están pidiendo auxilio, pero nadie les hace caso a los directores ni a los padres de familia. La sensación que uno tiene es que no hay un inventario real y concreto de los planteles: eso debería hacerse por estas épocas, cosa que se aproveche tras evaluación a reparar aquellas infraestructuras que ya no dan para un año más. Recordemos que en su interior albergan a cientos de niños y por lo tanto hay que hacer el esfuerzo de darles buenas condiciones para que estudien.
Qué arrastrados
Si ser funcionario es sinónimo de pasar la franela al jefe todo el tiempo, entonces ahí tenemos la explicación de porqué hace años estamos como estamos. No hay técnicos ni profesionales en esos puestos claves, solo personajillos que más parecen kinesiólogos porque solo para sobar son buenos. Basta con escucharlos por los noticieros radiales para comprobar que de cada 10 palabras que dicen, nueve son para referirse a la autoridad, o sea sus jefes. Provoca vergüenza ajena estas actitudes. Como para dormir cansados y no despertar jamás.
Desubicados y arrastrados
Pero también nos provoca no solo vergüenza sino asco es el comportamiento de algunos conductores de programas periodísticos y hasta de los reporteros, quienes muy sueltos de hueso y de lengua tutean con una confianza escandalosa a las autoridades. “Panchito”, Juanito”, “Adelita” y cosas así. Estamos ante periodistas o una sarta de sobones y convenidos. Por favor, donde estamos. Terrible, realmente.
Pura boca
Una autoridad que en campaña prometió marcar la diferencia con su antecesor, pues a estas alturas del año, cuando ya está en el cargo casi 11 meses, no solo debería dar muestras de eso, si no ya debería tener plenamente convencidos a los ciudadanos de que su gestión es otra cosa y que realmente se busca el cambio. Pero cuando te rodeas de franeleros por un lado y de matones por otro, pues se hace evidente de que no hay algo distinto. Resultan siendo igual o muchas veces son la versión mejorada de la exautoridad. En pocas palabras son la misma chicha en distinta tinaja.
Una y otra cosa
El gobernador ya ha puesto varias primeras piedras. También ha inaugurado obras. Y a todas les ha puesto su color partidario y de gestión -que vienen a ser los mismos- Incluso en la última de las ceremonias para este fin estaba por asumir al cien por ciento la paternidad del Cetpro, solo que el director le hizo unas observaciones y le pasó de taquito la responsabilidad a la anterior gestión. Pero dicen que en el Putumayo anunció la hidroeléctrica del Mazán y que la obra va sí o sí. ¿Por qué dijo esto? Pues porque todo vale para apoyar a su candidato Julca en esa nueva provincia que elige en unas semanas a su alcalde. ¿Sí o no?