ESCRIBE: Tato Barcia
Iquitos es una ciudad novelesca y dentro de sus peculiaridades encontramos que en nuestra bella ciudad, existía «un colegio masculino de la orden agustiniana y uno femenino de la orden franciscana»; pero esto queda como una simple anécdota frente a otra historia relacionada a que nuestra “Isla Bonita» tuvo como autoridad a un simpatizante nazi; se trata del ciudadano Alemán Emilio Strassberger, quien fue «designado a dedo» como alcalde de la ciudad, hasta por dos periodos (1912-1914 y 1924-1925); el primero, corresponde a la época dorada del caucho. Y su segundo periodo lo efectuó durante la gran recesión después de la estrepitosa caída de la economía (el PBI regional cayó 15.2%) ocurrida durante el año 1,918.
Este súbdito personaje, jefe de una de la más sólidas y prestigiosas firmas de comercio loretano de aquella época, termino años más tarde siendo deportado en plena 2da Guerra Mundial (1943), no solo por sus abiertas simpatías con los «Nazis»,; si no porque planeaba nada menos que en convertirnos en una colonia del “Tercer Reich” y seguramente súbditos de “Adolf Hitler”; mientras ejercía el cargo de «Cónsul de Alemania”. y administraba la agencia de Iquitos de la «Gran Empresa Wesche & Cía.», y era representante del poderoso Banco Alemán Trasatlántico (Deutsche Überseeische Bank). Durante la década del ‘30 y ‘40 esta institución financiera germana vio como prosperaron sus negocios. Y es que durante el nazismo este banco se encargó de transferir fondos económicos para los simpatizantes del bando beligerante del “EJE”; y colaboraron con la Alemania de Hitler bajo un lema: “son sólo negocios”.
Durante la excursión que realizó el zoólogo alemán “Otto Schulz-Kampfhenkel” a nuestra región durante los años 1927 y 1934, tuvo como anfitrión y guía nada menos que “Emilio Strassberger”, ya que no solo sirvió para fines científicos. Porque lo movía la ambición geopolítica: el científico nacionalsocialista buscaba un puente entre el régimen racista y dictatorial del Tercer Reich alemán y la Amazonía. El periodista alemán “Jens Glüsig” recorrió hace unos años nuestra ciudad revisando varios archivos siguiendo las huellas del investigador y quien luego fuera oficial de las SS de nombre “Schulz-Kampfhenkel”; que por coincidencia también tenía como contacto en Iquitos a “Emilio Strassberger”. En la famosa revista alemana «Spiegel», de la cual era corresponsal, publicó en detalle la excursión de “Schulz-Kampfhenkel”. Para esta investigación se apoyó en el informe original de documentos de archivo de Brasil, Alemania y Estados Unidos. Entre ellos se encuentran los protocolos cedidos hace poco, de varios interrogatorios de los estadounidenses a “Schulz-Kampfhenkel”, a quien detuvieron después de la guerra. Quien era un hombre de naturaleza aventurera, «una persona multifacética movida por la nostalgia», escribe Glüsing. Pero el científico no tuvo reparos en colaborar con la dictadura nacionalsocialista. Este Nazi navegó durante más de tres años por los afluentes del Amazonas, se internó en plena selva, llegando a convivir con los indígenas; mientras traficaba con las pieles de tapires, yaguares y monos embalsamados junto a varias flechas, flautas e instrumentos indígenas y bien camufladas en su equipaje escondía valiosas tomas aéreas y mapas llevadas a sus regreso en 1937 a Berlín. Siempre contando con el valioso apoyo del Cónsul Alemán en la ciudad de Iquitos “Emilio Strassberger”.
Existía un plan; el cual consistía en que una expedición alemana debía llegar a la Amazonía del Brasil y desde allí, con ayuda de los indígenas, conquistar el resto del territorio de nuestra basta Amazonía,“Schulz-Kampfhenkel” consideraba que una cabecera en Sudamerica contrarrestaría la influencia de Estados Unidos en la región. Además, recomendó que el subcontinente debería ser como un asentamiento de un “pueblo dominante nórdico”. Sin embargo, “Heinrich Himmler” (jefe de la temible SS), congeló el proyecto. Durante la Segunda Guerra Mundial, y en su lugar le fueron confiadas a“Schulz-Kampfhenkel” investigaciones geográficas en distintos frentes de África y Europa. Después de la guerra, sirvió a los vencedores y les describió en forma detallada a sus guardias estadounidenses los procesos por el desarrollo en cartografía de nuestra Amazonía. Durante la década de los 60’ y 70’ vivió en la República Federal de Alemania, y pese a su colaboración con los Nazis, trabajó como documentalista, fundó un instituto y legó su patrimonio a una fundación con su nombre. Murió en 1989.
Para que mis lectores tengan un contexto claro de lo ocurrido, debo precisar que ante la captura por parte de los Japoneses de los Países que conforman la llamada «IndoChina» (Camboya, Vietnam, Laos, Birmania y Tailandia); que en ese entonces eran los principales productores del caucho y estaban bajo el dominio británico. Pasando por ende al dominio de las fuerzas del eje (Alemania, Italia y Japón), la región de la Amazonia pasó a tener una importancia estratégica con el fin de poder abastecer el caucho natural hasta las fábricas vulcanizadoras en los países aliados, así como impedir el ingreso del eje a Sudamérica. Es por ello que el “Aeródromo Teniente Bergerie»; cuya infraestructura está ubicado al fondo de la Av. Mariscal Caceres (Conocido como el aeropuerto viejo), fue construido por los Estados Unidos de Norteamérica durante la Segunda Guerra Mundial (1942); así como también el Hospital Apoyo Iquitos, y la base de hidroaviones del Río Itaya. Esto debido a que Iquitos y nuestra Región (Río Amazonas), tenía una estratégica e importante ubicación en caso que el citado conflicto bélico se extendiera a nuestro continente; Felizmente el científico B.F. Goodrich desarrolló el caucho sintético meses después, y casi al final de la guerra recién pudo ser industrializado. Si no nos quedábamos sin aeropuerto y hospital un buen tiempo más. Creo que también es necesario acotar que dicho aeropuerto sirvió como punto de escala de abastecimiento de los aviones para poder transportar grandes cantidades de fardos de algodones provenientes del norte del país durante la Segunda Guerra Mundial ya que en aquella época se había agotado dicho material fundamental para curaciones a lo largo de la guerra. Es ahí donde Perú logra elevar sus exportaciones de algodón.
Retornando a nuestro personaje “Emilio Strassberger”, debo precisar que entre su patrimonio se encontraba la faustosa edificación donde funcionaba la empresa “Casa E. Strassberger y Cía.», propiedad del Ex-Alcalde Nazi de Iquitos y estaba ubicada en la calle Ramirez Hurtado (entre Ricardo Palma y San Martín), la cual era administrada por un ciudadano Germano de nombre “Kurt Riess”. Esa casa comercial fue la tienda más grande de la época, ofertaba de todo, desde una aguja, hasta una lancha, inclusive llegó a venderle a la Compañía de Bomberos Amazonense No. 1, el primer carro de bombero de la ciudad por 6,315.00 dólares, un «Jeep Bomba de Incendio Willys» llegó a Iquitos en el vapor inglés “VELOZ”, propiedad de la Cía. Booth. y hasta el día de hoy se encuentra operativo en la ciudad de Requena; sin embargo esta propiedad así como todos los bienes de Emilio Strassberger fueron expropiados durante la década del 40’ por el Estado peruano.
Es así cómo está bella casona pasó a propiedad de la “Quinta Región Militar”, ubicada en el Malecón Tarapacá 4ta cuadra, y fue reconocida como Patrimonio Cultural de la Nación en 1986, y luego en el año 2008 fue declarada inhabitable. Y según la versión del Ejército es que desde el 2011 ya no la ocupaban y solo tenían personal de tropa para la vigilancia en el lugar. Todos los habitantes de la “Isla Bonita” recordamos que esta edificación fue escenario de un gigantesco incendió el 12 de enero del año 2016, ya que en pleno Boulevard de esta ciudad y pese a tener el río a unos metros, los bomberos no pudieron vencer al fuego, debido a la falta de agua. El siniestro se habría originado por un aparente corto circuito en ambientes de este edificio donde increíblemente funcionaba como local anexo del “Instituto Nacional de Defensa Civil” (anecdótico). Las llamas consumieron en minutos los dos pisos de esta estructura que databa de la época dorada del caucho. Fueron cerca de 60 metros de frente de esta casona los que fueron reducidos a cenizas en poco más de una hora.
El apoyo al tercer Reich por parte de este personaje “Emilio Strassberger”, no solo se limitó a lo descrito; ya que desde el año 1936 con la ayuda de un empresario cauchero español, transportó varias toneladas de bolas jebe en el “Buque Santa Inés” hacia Europa. A través del puerto de la ciudad de Vigo (Galicia), al que los Nazis utilizaron como centro logístico en el transcurso de la Batalla del Atlántico. Y es que la Alemania Nazi contaba con el apoyo incondicional de la España del dictador “Francisco Franco“, general que llegó al poder tras el golpe de Estado de 1936 contra el Gobierno democrático de la Segunda República. Desde junio de 1940. Toda Europa se encontraba bajo el dominio del Eje. Tras desatar la “Blitzkrieg”(guerra relámpago) desde Polonia, Austria, Hungría, Rumania, Holanda, Bélgica y Francia; la verdad es que los nazis estuvieron aprovechándose del Wolframio (tungsteno) producido en las minas de Galicia para endurecer su armamento y sus carros de combate; el cual era transportado hacia Alemania a través de la “Francia de Vichy” (régimen político instaurado por el mariscal Philippe Pétain). Ruta que también se utilizaba para transportar el “Caucho Amazónico” hacia las fábricas Alemanas. Durante la Segunda Guerra Mundial el dominio de los recursos estratégicos jugó un papel geopolítico muy grande. Uno de estos recursos, el caucho, tuvo enormes implicaciones sobre el movimiento de fuerzas beligerantes en todo el planeta, ya que el manejo del petróleo y el caucho resultó ser el problema más urgente y crítico al amenazar los esfuerzos de guerra de ambos bandos para abastecer a sus respectivos parques industriales destinados a su maquinaria bélica. Cabe precisar que los camiones militares necesitaban caucho para neumáticos, y el caucho era utilizado en casi todas las demás máquinas de guerra.
Finalmente debo indicar, que después del ataque japonés a la base aérea de Pearl Harbor, el presidente Manuel Prado logró conseguir inmediatamente para su gobierno la aprobación del Congreso de la Republica, uniéndose a los Aliados, «siendo incluso el primer país de América en declararle la guerra a la Alemania Nazi»; (acto que dicen provoco las risas del «Führer»), pero al presidente Prado no le importaba mucho hacer el ridículo, ya que bajo este pretexto, confiscó los bienes de los inmigrantes y descendientes directos de italianos, japoneses y alemanes residentes en el Perú que (a petición de Estados Unidos), fueron expulsados de nuestro país y llevados a los campos de concentración que el gobierno estadounidense estableció en el sur de su territorio y en la isla de Cuba, donde permanecieron durante el resto de la guerra junto a otros inmigrantes provenientes de toda Latinoamérica, por ser considerados peligrosos para la estabilidad americana, entre ellos estuvo este curioso personaje de «Emilio Strassberger»; quien no tuvo este trágico final al igual que sus compatriotas porque en su calidad de «Cónsul» se escudó en su inmunidad diplomática según la Convención de Ginebra, y terminó refugiándose en un país amigo del «eje». La España Franquista, por lo que parafraseándome a mí mismo, puedo decir: «qué curioso final, para tan singular personaje».