– A la edad de 64 años dejó de existir el profesor Eduardo Sánchez
Hasta pronto negrito
El entierro será el miércoles 10 de la mañana en el cementerio Jardines del Edén. Mañana se estaría trasladando el velatorio al colegio “San Agustín”.
Tenía o estaba por cumplir 25 años, cuando puso los pies por primera vez en el colegio “San Agustín”. Era el año de 1974, cuando este joven y espigado profesor de educación física se puso las zapatillas y en la vieja cancha de fútbol, aquella de tierra, comenzó a escribir su historia de agustino. Desde aquel entonces, hasta la fecha muchas anécdotas se pueden contar de Eduardo Sánchez García, el negro o el zorro, como cariñosamente le conocían sus colegas, amigos y alumnos.
Hoy, que la noticia de su muerte nos golpea el alma y el corazón -porque cuando muere un agustino nos duele a todos los que hemos tenido la dicha de pasar por esas aulas- los recuerdos afloran y en medio del dolor y las lágrimas, se dibuja una sonrisa ante tantos momentos vividos en medio de las clases y fuera de ellas.
Eduardo Sánchez, se fue, nos dejó, después de estar por veinte días afectado por un problema al páncreas y el domingo después de la misa, a las 10 de la noche, la muerte le ganó el juego al profe Eduardo. Desde entonces, los teléfonos no dejaron de sonar para comunicarnos la penosa noticia. “El zorrito ha muerto, carajo el negro Sánchez ha muerto”. Y a cada agustino que le llegaba la misiva de la parca, se mostraba más que incrédulo. Hasta ahora nos cuesta creer.
Su deceso se produjo en la ciudad de Lima y ayer a las 7.30 minutos regresó a su tierra para encontrarse con el dolor, pero al mismo tiempo con el amor de su familia, amigos, colegas, alumnos y ex alumnos agustinos; que llegaron a su velatorio en el colegio de ingenieros en gran número y durante la noche y entrada la madrugada se dejaron escuchar las mil y un anécdotas de estudiantes con el profe de educación física.
Cuanta adolescencia, cuanta juventud, generaciones que por sus 38 años de servicio en el colegio “San Agustín”, han aprendido no solo las aspas de molino, el salto de taburete, el ángel o a darle a la pelota en el fútbol o encestar en el básquet; sino valores, porque contigo no habían vainas negrito, en clase respeto y seriedad. La puntualidad y el cumplimiento. La joda tenía su momento, eras profesor amigo, amigo profesor. Por eso cuando dejamos las aulas, en las clausuras y fiestas de promoción la despedida de tu persona eran abrazos prolongados. Y al retorno de las vacaciones en los reencuentros, que tú impulsaste al igual que los mundialitos agustinianos, seguías siendo profe amigo.
Agustino de corazón, toda tu vida dedicada a enseñar a tus canarios. Daba gusto verte, como siempre, como un escaneo del tiempo, con tus alumnos en la plaza 28, corriendo, trotando. Y como si eso no fuera poco, por las mañanitas salías a trotar todos los días, casi siempre al lado de tu querida esposa Angelita Pinto, de la que te enamoraste en el colegio. Tú en el patio y en las canchas y ella en las aulas con sus niños de primaria. Te das cuenta que le debes tanto al SA, por eso no quisiste dejar nunca tu labor de profesor y doble contra sencillo que este año, también en esa nueva cancha de césped ibas a estar, pero Dios parece que tenía otros planes para ti. Seguro Silvino, Maurilio, Laureano; le hablaron que podrías entrenar al equipo de los ángeles.
Eduardo “negrito” Sánchez, a tus 64 años te vas sin irte, porque lo querido nunca se va. Porque los recuerdos y enseñanzas no se borran ni con la muerte. Porque la gratitud de tus alumnos es más grande que todo. Como habrás sido de buena onda que allá estarás en medio de ángeles y aquí estuviste con tu angelita adorada y tus amados hijos. Descansa en paz y dejo de escribir porque a pesar de todo soy mortal y antes que me gane la tristeza del todo quiero expresar lo sentido: Al maestro con cariño.
Estimado Profesor y Amigo, no puedo dejar de reconocer tu afecto de amigo y maestro porque calaste muy bien en nosotros, sobre todo en aquellos que -como en mi caso- nos gustaba mucho el fútbol y lo practicamos contigo, teniendo que pasar por tu buena vista para llegar a la Selección o al Club de fútbol del Colegio San Agustín… En estos momentos de dura pena, prefiero recordarte sonriendo, después de un gol que siempre hacías y nos enseñaste cómo hacer, luego de las clases de educacion física en esas interminables jornadas de deporte ahí en esa cancha de arena amarillenta y pelada de nuestro querido Colegio…! Pero así es la vida, como decía Vallejo: «…tanto amor y no poder nada contra la muerte…»! Hasta siempre amigo…!!!
RECUERDO LOS BUENOS MOMENTOS QUE PASE CON EL PROFESOR EDUARDO SANCHEZ,EN IQUITOS Y HOY LAMENTABLEMENTE SE NOS FUE,DIOS CUIDE DE EL, EN LA ETERNIDAD.
DESCANZA EN PAZ PROFESOR SANCHEZ.
Adios profe,,,,,,,una pena,,,pero que se hace
Mi más sentido Pésame:
No existe palabras para expresar el dolor que uno siente, cuando se entera de pérdidas tan inesperadas!!!! es raro como funciona el curso de la vida pero es asi como suceden las cosas. Comento esto porque en este último reencuentro diciembre – 2012, me acerque a saludarlo y todo parecia estar bien.
El profesor Sánchez es y lo será siendo, uno de los mejores profesores que todo Agustino pudo tener, además recoge de todos nosotros un cariño tremendo, porque es papá de nuestro compañero Christian Sánchez Pinto – Promoción 95. Fuerza amigo!!!!
Dios te guarde en tu gloria querido profesor y saludanos a los padres Maurilio y Silvino.
Att.
Jorge Pezo.
Mis condolencias a la familia, se fue un grande.
Promo Ruben: Es para muy grato y fortificante tus palabras al expresar tanto cariño y respecto por nuestro, digo NUESTRO profesor más conocido como el «negro», cuantas anécdotas vividas junto a él dentro y fuera del cole, gran persona, gran amigo, porque para ser un buen profesor, tenia que ser un buen amigo, en estos momentos de dolor pienso que todos los de la promoción 80 «Oscar Arnulfo Romero» te debemos todo y desde aqui elevo mi voz de oración al Altísimo para que los tuyos querido profesor tenga la paz y tranquilidad. Con todo cariño y respeto he aquí el Salmo 19: 25-27 «Yo sé que mi Redentor vive, y al fin se levantará sobre el polvo; y después de desecha esta mi piel, en mi carne he de ver a Dios; al cual veré por mí mismo, y mis ojos lo verán, y no otro, aunque mi corazón desfallece dentro de mi».
Descansa en Paz querido profesor!!!
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