Por: Gerald Rodríguez. N
Algo que me llama poderosamente la atención por estos días, es ver a un grupo de padres en diferentes puntos de la ciudad invadiendo las esquinas peatonales con carteles que dice “Igualdad de género, con mis hijos no te metas”, y supongo que la reacción de dichos padres se debe a los estragos de una campaña contra el ex ministro de educación, Jaime Saavedra, por lo que la bancada fujimorista se atrevió a atacar diciendo que en la currícula nacional de educación, se estaba enseñando “ideología de género”, eso significa que se estaría enseñando que el hombre puede ser mujer, y que la mujer puede ser hombre. Pero resulta que estos padres están mal informados, ya que los textos sobre educación sexual y la currícula nacional no solo se fundan en acuerdos internacionales para velar el tema educativo, sino que la UNESCO es el órgano también que vigila este tema.
El informe de la UNESCO de Seguimiento de la Educación Para Todos en el Mundo del año 2012 señala que: “La población joven es numerosa y está creciendo. El bienestar y la prosperidad de los jóvenes dependen más que nunca de las competencias que la educación y la capacitación pueden ofrecerles. No satisfacer esta necesidad es una pérdida de potencial humano (…) Las competencias de los jóvenes nunca han sido tan vitales (…) La educación no estriba solo en velar por que todos los niños puedan asistir a la escuela. Se trata de preparar a los jóvenes para la vida, dándoles oportunidades de encontrar un trabajo digno, de ganarse la vida, de contribuir a sus comunidades y sociedades y desarrollar su potencial”. Este concepto de bienestar incluye también la salud sexual y reproductiva de las y los jóvenes, por lo que resulta importante dotarlos de una educación integral de la sexualidad.
La UNESCO define género como “el significado social otorgado al ser mujer o hombre. Son las características –no las diferencias biológicas– las que definen a una mujer o a un hombre y es el género el que define las fronteras entre lo que una mujer y un hombre pueden y deben ser y hacer. Asimismo, moldea y determina el comportamiento, los roles y las expectativas de mujeres y hombres, al tiempo que define las reglas, las normas, las costumbres y las prácticas a través de las cuales las diferencias biológicas se conviertan en diferencias sociales… Los roles y las relaciones de género difieren dentro y entre sociedades en función a la clase socioeconómica, la raza, la etnicidad, la orientación sexual y la identidad de género, entre otros factores“
El enfoque de género considera las diferentes oportunidades que tienen los hombres y las mujeres, las interrelaciones existentes entre ellos y los distintos papeles que socialmente se les asignan. Todas estas cuestiones influyen en el logro de las metas, las políticas y los planes de los organismos nacionales e internacionales, y por lo tanto, repercuten en el proceso de desarrollo de la sociedad.
A pesar de lo anterior, muchas veces el género influye en la oferta y el acceso a los servicios educativos disponibles para las personas jóvenes. Esto se debe a que las normas de género tradicionales suelen hacer énfasis en la inequidad y la desigualdad, limitando la capacidad de las y los jóvenes de tomar decisiones sobre su cuerpo y su vida. En términos más prácticos, cuando a las mujeres jóvenes se les niega el acceso a la educación o los hombres jóvenes se ven obligados a trabajar en lugar de asistir a la escuela por la situación de pobreza en la que viven, se les priva de la oportunidad de reflexionar y compartir puntos de vista acerca de la equidad y la igualdad de género.