El paquete de las obras de “fideicomiso” tan promocionadas en mayo pasado por el Gobernador Regional. Hasta la fecha solo se ha adjudicado una. El jueves 8 de agosto el Comité Especial, presidido por el tan controvertido Edi Wisberto Ruiz Zárate (Gerente de Infraestructura) y teniendo como integrante a José Luis Damián Zárate (Gerente de Logística, procedieron a otorgar la buena pro de la obra L.P. No 005-2019-CSO-GRL, correspondiente a “Pavimentación de Calles de la ciudad de Orellana” con un presupuesto base referencial de S/. 5’708,777.97 (sin IGV).
En esta región hay escándalos cada día y ningún político dimite ni se le juzga. Inclusive si hacen políticas nefastas para Loreto son asumidas como “gajes del oficio”. Pero vamos por partes y cucharadas. El Presidente de la República, Martin Vizcarra visitó Iquitos el pasado primero de agosto con el propósito de inspeccionar las Plataformas Itinerantes de Acción Social (PIAS) y participar en la ceremonia de zarpe de la tercera campaña de PIAS y buques auxiliares de la Marina de Guerra del Perú. El jefe de Estado al ser interrogado por la prensa local sobre la falta de inversiones para generar dinamismo a nuestra economía, tuvo una respuesta tajante en el sentido que el “El GORE-Loreto no presentó proyectos”. Una frase muy dura pero real. En la práctica el jefe del Ejecutivo le dijo al gobernador regional que tiene una baja o nula ejecución del gasto, y para solicitar recursos económicos necesita la sustentación técnica de los proyectos y poder realizar las transferencias económicas. En otras palabras, se requiere que el GOREL coordine y entregue los proyectos al Ejecutivo para que sean evaluados y los mismos estén a la espera de la información que sustente el cumplimiento de lo señalado en el artículo 13 de la Ley de Presupuesto del año 2019 (Ley N° 30879). Concluido el proceso de evaluación y de corresponder la transferencia, recién se tramitará el marco legal respectivo para trasferir los recursos al gobierno regional de Loreto.
El gobernador regional de Loreto ha manifestado reiteradamente que no tienen suficiente presupuesto para invertir en obras que beneficien a la comunidad. Sin embargo, podemos afirmar que el problema no es la falta de presupuesto sino falta de capacidades para ejecutarlo. Basta realizar un simple análisis para ver cómo se está priorizando el gasto de los recursos del famoso “FIDEICOMISO” proveniente de la Ley No 30879 y para percatarnos que no se cuenta con las suficientes competencias para invertir el presupuesto asignado. Por ejemplo, para la elaboración de cuatro expedientes técnicos de colegios se pagó una cifra superior al millón de soles a pesar que el GOREL ya cuenta con una Gerencia de Infraestructura sobrepoblada de funcionarios que bien pudieron elaborar estos expedientes. Por lo tanto, difícilmente se puede hablar de capacidad institucional en el GOREL. Por el contrario, es una institución que gasta mayoritariamente su presupuesto en gasto corriente. Y esto refleja que no necesariamente asegura que lo invertido lo está traduciendo en progreso para nuestra región. De ahí que lo importante es que la actual administración del GOREL pueda contar con data útil que oriente la asignación y posterior ejecución de su presupuesto de manera efectiva, siendo capaz de gastar su presupuesto priorizando los temas más urgentes vinculados con la mejora de la calidad de vida de los loretanos.
Puedo citar como ejemplo el paquete de las obras de “fideicomiso” tan promocionadas en mayo pasado por el Gobernador Regional. Hasta la fecha solo se ha adjudicado una. El jueves 8 de agosto el Comité Especial, presidido por el tan controvertido Edi Wisberto Ruiz Zárate (Gerente de Infraestructura) y teniendo como integrante a José Luis Damián Zárate (Gerente de Logística, procedieron a otorgar la buena pro de la obra L.P. No 005-2019-CSO-GRL, correspondiente a “Pavimentación de Calles de la ciudad de Orellana” con un presupuesto base referencial de S/. 5’708,777.97 (sin IGV). Tuvo como ganador de la buena pro a la empresa “N&L Constructoras Generales EIRL”; identificada con RUC 20393418321. Con domicilio en la ciudad de Pucallpa. Al margen de este detalle que era previsible, lo más preocupante es que todos los procesos restantes están siendo objeto de “observación a las bases” por parte de las empresas pastoras y, por ende, tienen que ser elevadas y resueltas por la OSCE. Lo que ocasiona una reprogramación de los calendarios de las adjudicaciones. La misma que, en el mejor de los casos, no representa un tiempo menor a 30 días adicionales. ¡ES DECIR LOS LORETANOS TENEMOS QUE ESPERAR 30 DÍAS MÁS, PARA CONFIRMAR QUE LAS EMPRESAS GANADORAS SERÁN PUCALLPINAS!
A la fecha, la ejecución presupuestal del GOREL está por debajo de la media nacional, ubicándose en el puesto 23 de 25. ¿Será por eso que no desea que se le mida con este indicador? Si el gobernador desea que su gestión se mida por la “calidad de gasto” está bien, pero habría que advertirle que el resultado no es mejor. Sn embargo, a su favor, es necesario aclarar que no es posible obtener resultados en tan corto tiempo y menos si no se destinan recursos de manera adecuada y oportuna. Es evidente que no existe calidad de gasto. Si medimos el grupo con mayor ejecución presupuestal, debemos preguntarle cuáles son los resultados tangibles en la región respecto de Educación, salud materno neonatal, nutrición, TBC – VIH, Dengue, Malaria, Neumonía, mortalidad por emergencias y competitividad. Los resultados también se miden por el valor público. Entonces, trasladamos la pregunta a los lectores y ciudadanos.
Para que entiendan mis amigos lectores, debo precisar que el Ministerio de Economía y Finanzas (MEF), tiene un glosario de inversiones públicas que deben cumplir las diversas instituciones del Estado, mediante el cual se mide la sostenibilidad de un Proyecto de Inversión Pública (PIP). Que no es otra cosa que la capacidad que tiene un proyecto para mantener el nivel aceptable de flujo de beneficios netos, a través de su vida útil. Dicho aspecto puede expresarse en términos cuantitativos y cualitativos como resultado de evaluar, entre otros, los aspectos institucionales, regulatorios, económicos, técnicos, ambientales y socioculturales. El concepto desarrollado por el MEF implica un análisis holístico de seis aspectos, cada uno evaluado, monitoreado y supervisado a fin de asegurar la sostenibilidad de las inversiones públicas. Dentro de todos ellos, el aspecto ambiental no es ajeno. Por tanto, en un sistema de inversión pública coherente, ningún PIP puede ser diseñado y, menos, puesto en marcha si no se cuenta con el análisis ambiental respectivo. Obviar este análisis es como omitir el análisis económico o técnico, que implicaría hacer una obra sin recursos o sin contar con la ingeniería de detalle. Entonces, tanto a nivel de inversión pública como privada queda claro que la evaluación ambiental de los proyectos resulta esencial.
Todo esto nos lleva a preguntarnos si en el Gobierno Regional de Loreto existe planificación o planeamiento, y puede parecer insultante. Ya que, aunque parezca mentira, en el GOREL no faltan planes. En verdad, sobran. Un estudio de 2017 sobre Loreto demostró que tan solo con relación a recursos naturales y ambiente existían 36 planes y/o estrategias de desarrollo vigentes para nuestra región de los que 16 eran regionales. A eso había que sumar 10 documentos de lineamientos de política con impacto en la región. Considerando los lineamientos de política, planes y estrategias de otros sectores como educación, salud, seguridad pública, etc., existían entonces no menos de 150 planes vigentes. Loreto debe ser la región más prolífica en planes regionales a diferentes escalas. ¿Es eso necesario? Pues sí y no. Si los planes subsectoriales y sectoriales estuvieran bien amarrados con el plan regional y estuviesen igualmente concordados con los primeros y entre ellos, ese gran número de planes debidamente ordenados brindaría los detalles y ajustes que permitirían la ejecución del plan, sin perder el rumbo señalado originalmente. Aunque sin duda no se requerirían tantos planes, el resultado sería una orquesta bien afinada que produciría el resultado armónico que se espera. Pero si, como es el caso, cada plan está desligado de los demás o peor, los contradice. El resultado es una cacofonía espantosa que, como se constata en la práctica, sólo genera malgasto de recursos públicos y enormes perjuicios futuros a nuestra región.
Tampoco existe una visión del futuro para nuestra región Loreto. Existe una multitud de visiones desordenadas y empujadas por diferentes grupos de actores, en diferentes sentidos. Vale la pena agregar a las deficiencias mencionadas de la planificación al nivel regional, el tema de las llamadas iniciativas parlamentarias que posibilitan que cualquiera de nuestros cuatro congresistas proponga y obtenga, gracias a un irresponsable intercambio de favores, el apoyo de otros congresistas para declarar, sin análisis serio, la obra que se le antoje como de “necesidad regional y utilidad pública”. La ausencia de un plan regional con un nivel de detalle suficiente resulta en la cacofonía mencionada. Cada sector planifica sin tener en cuenta el resto ni todos los factores involucrados ni sus consecuencias. Hay, en medio de tantos planes, algunos que vistos aisladamente están bastante bien hechos. Pero la mayor parte no sirve para nada, excepto para cumplir un ritual, que consiste en copiar los diagnósticos de otros textos, con errores incluidos y luego simplemente dicen lo que les da la gana, sin mayor análisis ni consulta. Olvidan que planificar implica priorizar y ordenar, haciendo primero lo que debe ser previo. La mayoría de estos planes carecen de cronogramas, presupuestos y de mecanismos de monitoreo y control o evaluación. En otras palabras, estos planes son, en general, colecciones de ideas de obras que supuestamente son reclamos populares o, simplemente, que fueron del agrado de los dos últimos gobernadores regionales.
Se dice que el SNIP (ahora llamado código “invierte.pe”) evita que el caos sea mayor. Es verdad que sin SNIP la situación sería peor, pero ese mecanismo no cumple a cabalidad su mandato y apenas analiza la viabilidad económica individual de los proyectos que cada uno de los múltiples planes propone. En teoría también considera otros factores, incluida la viabilidad ambiental y social de la propuesta, pero ni sus propios funcionarios dan crédito a eso y reconocen que eso no pasa de un barniz. El código “invierte.pe” alega descansar en el planeamiento que genera los proyectos que se le someten, pero cómo explicarlo. Este es de pésima calidad o es simplemente fantasioso. Por eso, aunque en apariencia los proyectos aprobados tendrían viabilidad económica, en realidad muchos no la tienen por el simple hecho de que faltan otras inversiones e intervenciones conexas que le darían esa viabilidad y que ni siquiera son consideradas o que no son aprobadas por el código “invierte.pe”. Lo que sucede es que al igual que el diabólicamente complejo SNIP, solo se efectuó un cambio de nombre, y el actual se dedica a torturar los proyectos sin perdonar los pequeños y que, por eso, ha creado un monumental represamiento de los mismos, pierde el tiempo evaluando inclusive proyectos de cooperación financiera internacional. Y, para concluir, en una región dominada por la informalidad, o sea en Loreto se cumple poco las leyes, parece utópico esperar que se cumplan los planes. Y, de hecho, en buena hora que los tantísimos planes mal hechos no se cumplen a cabalidad pues de hacerlo la situación de Loreto podría ser peor de lo que es.
La planificación no es la panacea para el desarrollo, pero sí es una de sus herramientas esenciales. Construir una región sin usarla es condenarla al fracaso o, por lo menos, a una acumulación de problemas y de costos económicos, sociales y ambientales innecesarios. De hecho, sin una buena planificación la obra se hace con un sinfín de vaivenes, con pasos para delante y otros para atrás y muchos a todos los lados. Es como construir un edificio sin plano. Es caro y muy peligroso.
El planeamiento debe involucrar, además de los responsables del GOREL y de los actores sociales organizados, al sector privado que obviamente tiene enorme influencia en todo lo que pasa en Loreto, en especial con las infraestructuras. Por ejemplo, los caminos que abren las empresas petroleras en la Amazonía son el embrión de futuras carreteras que estimulan la colonización, pero en su diseño no hubo intervención de las partes interesadas del GOREL, como debieran hacerlo oportunamente. Por eso es indispensable que la actual gestión del GOREL haga algo definitivo con relación al planeamiento del futuro de Loreto. Puede juntar y potenciar lo que existe, pero lo más importante es que le otorgue al mecanismo que se cree la autoridad suficiente para que, realmente, pueda conducir el desarrollo regional por un camino consensuado claro, bien delineado y demarcado.