El Ministerio de Cultura dejó sin efecto la resolución que había reducido en un 40 % la extensión de la Reserva Arqueológica de las Líneas y Geoglifos de Nasca. La medida, oficializada el domingo a través de la Resolución Viceministerial 134-2025/VMPCIC/MC, restituye la vigencia del plano perimétrico aprobado en 2004, que establece una superficie protegida de 5.633,47 kilómetros cuadrados.

El recorte había sido formalizado el 28 de mayo mediante una resolución que disminuía el área a aproximadamente 3200 kilómetros cuadrados. La decisión generó cuestionamientos por parte de arqueólogos, instituciones culturales y organizaciones civiles, que alertaron sobre el riesgo que representaba para la integridad del sitio, declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1994.

Antecedentes y contexto

La Reserva Arqueológica de las Líneas de Nasca fue establecida formalmente en 1993, y su delimitación actual se fijó en 2004. Ubicadas en la región de Ica, a 400 kilómetros al sur de Lima, las Líneas de Nasca tienen alrededor de 2000 años de antigüedad y están formadas por figuras geométricas, animales y seres antropomorfos visibles solo desde el aire.

En los últimos años, el área ha sido objeto de nuevas investigaciones que han ampliado el número de geoglifos conocidos, lo que ha reforzado la necesidad de preservar el territorio en su integridad. La reversión del recorte responde a la presión de diversos sectores que solicitaron garantizar la conservación de este patrimonio cultural frente a actividades extractivas ilegales.

Diversas entidades denunciaron que la medida beneficiaba a la minería ilegal e informal que opera en la zona. (Foto: Visit Perú)

Presión social y advertencias sobre minería ilegal

Diversas entidades denunciaron que la medida beneficiaba a la minería ilegal e informal que opera en la zona. El Observatorio de Minería Ilegal (OMI) reportó la existencia de 57 concesiones tituladas y 165 petitorios mineros en el área excluida, además de 58 nuevas solicitudes presentadas tras el anuncio del recorte.

Durante una sesión en el Congreso, el ministro de Cultura, Fabricio Valencia, reconoció la presencia de minería ilegal en la reserva, aunque negó que la reducción incentivara su expansión. Por su parte, el ministro de Energía y Minas, Jorge Montero, sostuvo que en la zona retirada de la protección “no hay patrimonio arqueológico ni de otro tipo”. Estas declaraciones fueron calificadas como “muy desatinadas” por el Colegio de Arqueólogos del Perú.

Nuevas medidas de gestión y vigilancia

La resolución que restituye la reserva ordena además la actualización del “Sistema de Gestión para el Patrimonio Cultural del Territorio de Nasca y Palpa” en un plazo máximo de diez días. El Ministerio de Cultura también anunció la creación de una Unidad Ejecutora para asumir la gestión de la reserva, así como el fortalecimiento de los mecanismos de vigilancia en coordinación con autoridades locales y regionales.

Según el ministerio, toda acción con incidencia en la zona deberá ser socializada con los actores clave del territorio. También se dispuso la publicación de los estudios técnicos relacionados con el área, en cumplimiento con principios de transparencia.

El polígono amarillo muestra el área original. El polígono rojo muestra el área que iba a ser recortada. (Imagen: Ingemmet)

Críticas a la motivación de la medida anulada

Especialistas y organizaciones han señalado que la reducción de la reserva obedecía a presiones de sectores mineros informales. El Colegio de Arqueólogos advirtió que la zona excluida incluye áreas aún no estudiadas, y que recientes investigaciones han descubierto más de 300 nuevos geoglifos mediante el uso de inteligencia artificial. “Excluir estas áreas de la reserva es irresponsable”, sostuvo la Asociación Internacional María Reiche.

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