Cuando uno es fanático de una banda como Queen surgen varias interrogantes que van desde la calidad musical del grupo hasta el portento de cantante que fue Freddie Mercury o quizás si la banda fue sólida a lo largo de los casi 20 años de carrera que tuvieron mientras Mercury vivió. A sabiendas de ello resulta complicado analizar un filme como Bohemian Raphsody, el filme que dirigió Brian Singer hasta que la Fox y los productores ejecutivos (Brian May y Roger Taylor, ambos músicos vigentes de la banda) decidieran aceptar su renuncia -éso dicen- por diferencias creativas y el director inglés Dexter Fletcher (que viene filmando Rocketman, la vida turbulenta de Elton John) asumió el filme. Pero un tema legal con la DGA (Directors Guild of America) ha pesado para que el nombre de Singer aparezca sí o sí en los créditos del filme como director principal y olímpicamente Fletcher ha sido borrado de los créditos finales. Por ello haré una suprema omisión de mi fanatismo de más de 40 años hacia la banda y su legado para entrar, como Cinéfilo convicto y confeso, a analizar la película.

Acción!!
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Así las cosas el filme estrenado el 1ro de noviembre en Lima y que en Iquitos ya ha sido retirada de la cartelera el día de ayer ha concitado un tremendo interés por lo que significa una vida tan compleja como la de Farrokh Bulsara, nacido en Zanzíbar en 1946 y que adoptó legalmente el nombre de Freddie Mercury en 1970, para muchos el mejor cantante de rock de todos los tiempos. El largometraje de 134 minutos recurre al modo clásico de un biopic: el inicio, la ascensión, la caída y la redención del protagonista. En ello Singer – y luego Fletcher- se esfuerzan en mostrarnos a Mercury (interpretado por el novel actor Rami Malek, el hacker de la exitosa serie de televisión Mr. Robot) como el epicentro de la historia pues el guión elaborado por Anthony McCarten (La Teoría del Todo, Las Horas más Oscuras) y Peter Morgan (Frost/Nixon, El Último Rey de Escocia, La Reina, Rush) apunta a ello: poner a Mercury por encima de todo el escenario musical que lo rodea, por lo que caemos en el primer error del filme que es el opacar al resto de los protagonistas a fin de hacer de Mercury una imagen de leyenda para el espectador; se muestra una suerte de opereta o comedia de situaciones en las que Malek asume con suma vehemencia el protagonismo y los demás actores son meras comparsas -ejemplos de ello son la entrevista con Roy Foster, el ficticio mandamás de los estudios EMI y el diálogo entre Jim Beach, manager real de la banda con los integrantes del grupo a raíz de la crisis interna que pasó la banda entre 1984 y 1985-.

El segundo error, y ésto es lo lamentable, son dos detalles que podrían pasar como intrascendentes pero que son cruciales en el desarrollo del biopic: Seven Seas of Rhye es un tema instrumental, la última canción del álbum epónimo debut de 1973 pero en el filme se escucha la versión del Queen II de 1974, la cual tiene letra compuesta por Mercury; en otro momento se aprecia a la banda tocando Fat Bottomed Girls, tema del álbum Jazz de 1978 en un concierto….¡¡y luego se pasa a 1975 para las grabaciones de A Night at The Opera de 1975!!, lo que me dejo muy confundido. A todo ello le sumo una flojísima descripción de personajes aparentemente secundarios pero de suma importancia en la vida del cantante como Jim Hutton, amigo y amante del músico -recordemos su orientación sexual- y de Mary Austin, el primer amor de Mercury a inicios de los 70’s y que fue su compañera afectiva y de confianza a lo largo de la vida de Freddie; tampoco no queda muy claro el vínculo familiar pues su padre -se sabe  esto muy bien- rechazó el accionar del hijo en lo artístico y en su estilo de vida, en el largometraje se obvia demasiado el tema. Pero lo que sí quedó fuera del guión y que motivó la renuncia de Singer es lo que sucedió después del LIve Aid, el conciertazo promovido por Bob Geldof para ayudar a las víctimas del hambre en África: ya Mercury sabía que tenia SIDA y el filme no toca para nada su enorme lucha personal desde 1985 contra el mal que lo llevó a la tumba, que entre 1985 y 1991 grabó con la banda tres discazos con un esfuerzo digno de mención: el dinámico A Kind of Magic (1986), el enorme The Miracle (1989) y el testamento final del músico llamado Innuendo (1991); el director Singer quería ahondar en éste tramo final de la vida de Freddie para generar en el espectador una reflexión acerca del mal que lo afectó además de lo que el cantante significó como ejemplo para toda una generación, no solo como artista sino también como ser humano.

Puntos a favor del filme son:
* La ambientación de los años 70 y 80 en escenarios reales de Inglaterra, con una impecable fotografía a cargo de Newton Thomas Sigel (Los Sospechosos Comunes, X-Men Apocalipsis) así como la banda sonora que es aplastante (dato: el OST que ya está disponible en todos los formatos no contiene temas que se escuchan en la película como Sunshine of your Love de Cream, Superfreak de Rick James o musica clásica a cargo de María Callas).
* La actuación del actor americano Rami Malek:el muchacho se ha metido tanto en la piel del personaje central que trasunta una emotividad genuina, pocas veces vista en un biopic (tal vez el caso de Jamie Foxx en Ray y de Ben Kingsley en Gandhi son claros ejemplos clásicos de ésa credibilidad al asumir roles históricos pero lo de Malek es encomiable por la entrega y la vitalidad).
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Pero la verdadera joya de la Corona está en la larga escena final de 20 minutos en donde se recrea el set list de Queen en el Live Aid de Wembley (en realidad se utilizó la base militar aérea de Bovingdon en Hertfordshire cerca a la capital Londres y se aplicaron muy buenos efectos digitales a cargo de los alucinados de Double Negative). En esos 20 minutos Malek nos conmueve con su actuación pues quien les escribe cayó por un instante preso de la emoción y uno creía ver al mismísimo Freddie en pantalla, todo un Déja vu que hizo surgir en mi persona al fan incondicional de la banda desde hace 43 años cuando me compré el A Night at The Opera en la antigua tienda Disco Centro Héctor Rocca en la avenida Sáenz Peña en el Cercado de El Callao…pero fue un momento ya que Malek actúa y la voz era la del Divo…ése instante final justificó por sí solo el ver la película y apreciar a un público emocionado que irrumpió en aplausos al final de la función en la repleta sala del Cinerama El Pacífico de Miraflores en Lima.

PUNTAJE: 7 (para el filme pero a Rami Malek le pongo 9).

Corten!!