Winston Pacaya Ríos, un estibador del Mercado Ribereño, denuncia la falta de orden por parte de la municipalidad que afecta a los productores y rematistas. Según Pacaya, los vendedores que llegan de la ribera, muchas veces con sus familias, son desalojados de manera abrupta los fines de semana, impidiendo que puedan vender sus productos cuando más lo necesitan. Este hecho ha generado malestar entre los estibadores, quienes ven cómo se les limita su capacidad de trabajo en un espacio que debería ser de acceso para todos.
El estibador señala que la situación es insostenible, ya que el mercado tiene la capacidad para albergar a más vendedores, pero las autoridades no gestionan el espacio adecuadamente. Los que trabajan en el municipio parecen operar solo de lunes a viernes, ignorando las necesidades de los comerciantes que llegan los fines de semana. La falta de organización ha llevado a que los vendedores deban ubicarse en la calle, lejos de las instalaciones del mercado, exponiéndose a las inclemencias del tiempo y perdiendo ventas importantes.
Pacaya hace un llamado a las autoridades locales, incluyendo al alcalde y al gobierno regional, para que actúen con prontitud y establezcan un orden que beneficie a todos los trabajadores del mercado. Afirma que tanto los estibadores como los productores merecen un lugar donde puedan trabajar sin temor a ser desalojados y que, al final del día, todos buscan generar ingresos para sus familias en un ambiente de respeto y justicia.
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