Tras haber desarrollado el Estado Westfalniano como base del Estado Moderno, como lo describe Cristopher Pierson en su libro “The Modern State”, podemos identificar que haciendo un análisis multidisciplinario (sociológico, económico, jurídico, etc.), el Estado es propenso a fallas dentro de sus características, es por ello que es menester exponer todo lo concerniente a los “Estados Fallidos”.
Sobre la definición de Estado Fallidos, Jonathan Di John nos indica que serían los internacionalistas Herman y Rartner, a principios de la década de los años noventa, los primeros en utilizar el concepto de Estado Fallido. Ellos se preocupaban por un nuevo modelo a través del cual un Estado llegaba a ser totalmente incapaz de mantenerse como un miembro de la comunidad internacional. Según esos autores, un Estado Fallido pondría en peligro a sus propios ciudadanos y amenazaría a sus estados vecinos, a causa del flujo de refugiados, inestabilidad política, conflictos, revoluciones y demás (Di John 2010:49).
Es importante conocer algunas definiciones significativas de este concepto que fueron construidas por pensadores o instituciones relevantes en el campo de las relaciones internacionales y ciencias sociales. Para Jean Marie Grose existen cinco tipos de Estados Fallidos:
- Anarchicstates: Donde no hay poder político centralizado.
- Phantomstates: Solo hay una autoridad limitada de Estado.
- Anemicstates: Estados con escasos recursos que se encuentran en guerra contra grupos secesionistas.
- Capturedstates: Estados que están manejados por grupos étnicos.
- Abortedstates: No hay poder único que posea el monopolio de la fuerza (citado en Álvarez 2007: 3).
Asimismo, en la literatura académica existen otras posiciones teóricas del Estado Fallido desde una perspectiva más crítica, como: Jefrey Herbst, Christopher Clapham, Susan Woodward, Mark Duffield y en parte Noam Chomsky. En específico este último define lo siguiente:
“Entre las prioridades más características de los Estados fallidos figura el que no protegen a sus ciudadanos de la violencia –y tal vez inclusión de la destrucción– o que quienes toman las decisiones otorgan a esas inquietudes una prioridad inferior a la del poder y la riqueza a corto plazo de los sectores dominantes del Estado. Otra característica de los Estados fallidos es que son estados forajidos, cuyas cúpulas se desentienden con desdén del derecho y los tratados internacionales” (Chomsky 2007:49).
Existen muchas ambigüedades y discrepancias terminológicas con respecto al concepto de Estados Fallidos, ya sea por la ideología política del autor o el momento histórico en el cual se postularon las definiciones, empero Juan Gabriel Tokatlian sugiere que todas las definiciones comparten una serie de denominadores comunes: “Independientemente de la definición específica usada, la mayoría coincide implícitamente en marcar tres brechas entre un Estado aparente y otro empírico: una brecha de legitimidad, otra de capacidad y una última de soberanía” (Tokatlian, 2008: 74).
Realizado este análisis, podríamos concluir que un Estado fallido carece de un poder institucionalizado y legítimo, además es incapaz de responder a las demandas de la ciudadanía, y por lo mismo no puede brindarles todos los bienes políticos, económicos y sociales a los individuos que conviven en el mismo.
Miguel Angel Rojas Rios
Abogado
Maestrando en Gobierno y Políticas Publicas
BIBLIOGRAFÍA
CHOMSKY, Noam
2007 “Estados Fallidos: el abuso de poder y el ataque a la democracia”. Barcelona. Ediciones B.
DI JOHN, Jonathan
2010 “Conceptualización de las causas y consecuencias de los Estados Fallidos: una reseña crítica”. Revista de Estudios Sociales.
TOKATLIAN, Gabriel
2008 “La construcción de un Estado Fallidos en la política mundial: el caso de las relaciones entre Estados Unidos y Colombia”. Análisis político.
ÁLVAREZ, Juan
2007 “La etiqueta como estigmatización: De Failed State, a Rouge State”. Revista electrónica de estudios internacionales. Consulta: 26 de abril de 2017