Estado de derecho
Cuando por enésima vez un gremio sindical como la CGTP convoca a una paralización a nivel nacional no sólo se desprestigia las acciones de lucha, sino que se perjudica el estado de derecho en el que se basa cualquier sociedad medianamente democrática y que desee desarrollarse.
Es evidente que las acciones de lucha tienen que ser planificadas con anticipación y sustentadas en peticiones razonables. Lo contrario –como sucede en la actualidad- es contribuir a la irresponsabilidad y, lo que es peor, a la frustración colectiva de la población que ya no tendrá un mecanismo válido de luchar para defender sus derechos. Y agravado esto cuando se evidencia que para defender unos derechos se vulnera otros como el libre tránsito y la potestad de cada individuo de movilizarse adecuadamente. ¿En nombre de qué libertad o qué derecho pueden permitirse que un centenar de individuos impidan la circulación de quienes queremos hacerlo? ¿En nombre de qué sistema de gobierno los integrantes de piquetes exigen el pago de unas monedas a los motocarristas para que puedan trasladar a sus pasajeros? ¿No se dan cuenta acaso que con ello no ganan la simpatía ciudadana sino que provocan rechazo a sus peticiones?
Ya es hora que algún personaje de la política regional enfrente a los revoltosos de pacotilla que desde hace varios años han hecho de la ciudad de Iquitos una zona de paralizaciones permanentes. Si hay uno que vocifera torpezas tiene que existir alguien que evidencie las mismas y las enfrente con racionalidad. No es posible que se pisotee el estado de Derecho en nombre de los derechos. Ya basta de majaderías de quienes han hecho de la situación dirigencial una permanente vulneración hacia el derecho de los demás.