Escribe: Mg. Víctor Raúl Miranda Rojas

Estamos a menos de seis años del bicentenario del Perú como república independiente. En todo este tiempo la historia de Loreto se ha desarrollado en función a la extracción de productos primarios que demanda el mercado externo. Así sucedió con el caucho y otros productos y ahora sucede con el petróleo. Lamentablemente los efectos de esas bonanzas económicas siempre han sido adversos, negativos para la población loretana y provechosa para el país y sobre todo para un pequeño grupo económico. Después de cada borrachera económica volvíamos a nuestra triste realidad de región atrasada, poco desarrollada y con indicadores económicos y sociales  negativos. Ahora, después de más de cuarenta años del inicio de auge petrolero, nuevamente nos encontramos en la misma situación.  Es necesario efectuar balances más precisos de esta etapa histórica de Loreto.

Las evidencias nos colocan en los últimos lugares en todos los indicadores de desarrollo. El 2011 el MEF realizó un análisis territorial afirmando que “a pesar del presupuesto asignado al departamento, el 56% de la población de Loreto vive en situación de pobreza y de las 07 (ahora ocho) provincias que constituyen el departamento de Loreto, 06 (ahora siete) de ellas presentan una incidencia de pobreza mayor al 50%. La provincia con la mayor incidencia es Datem del Marañón (78.2%) y la que presenta la menor incidencia es Maynas (36.4%). Pero al interior de estas provincias hay distritos con patrones distintos en lo referente a la incidencia de pobreza”. Esta situación en vez de mejorar ha empeorado en los últimos años. Y los más pobres de los pobres son nuestros hermanos de las áreas rurales y particularmente de las comunidades indígenas. En el mismo documento se evidencia que “en educación es el departamento que presenta los peores indicadores, solo el 6.1% y 1.4% de los estudiantes lograron los aprendizajes suficientes en Comprensión Lectora y Matemática, respectivamente; siendo la provincia de Datem del Marañón la que presenta una menor proporción de alumnos con los rendimientos suficientes (4.1% en Comprensión Lectora y 0.6% en Matemática). En cuanto a salud, la tasa de mortalidad infantil en el departamento fue de 27.6 por cada mil nacidos vivos, siendo la provincia de Ucayali (35.3 por mil nacidos vivos), la que presenta la mayor tasa de mortalidad infantil. Asimismo, la desnutrición crónica en niños y niñas menores de 5 años es de 29.1%, mayor al promedio nacional (28.5%), siendo Loreto el décimo departamento con mayor nivel de desnutrición crónica infantil en el país. Respecto al acceso a los servicios básicos, el 62.7% y 72.1% de la población de la región de Loreto no cuenta con agua ni desagüe, respectivamente. Las provincias con mayor carencia son Mariscal Ramón Castilla y Datem del Marañón, donde más del 93% y 96% de la población no cuenta con agua conectado a una red pública dentro de sus viviendas y más de 97.3% y 95.5% no cuenta con el servicio de desagüe con conexión a una red pública, respectivamente. Así mismo el 38.8% de la población de Loreto no cuenta con electricidad, siendo Datem del Marañón (74.8%) la provincia con mayor población que no tiene acceso al servicio de electricidad”. La expresión más cruel de la pobreza extrema es la situación de anemia y desnutrición infantil.

Las últimas evidencias indican que “Loreto es una de las trece regiones del país en las cuales se incrementó en el último año la anemia infantil. Según las cifras de la Encuesta Demográfica y de Salud Familiar – ENDES 2014, en esta región seis de cada diez niños menores de tres años (59,2%) tienen anemia. Entre los niños menores de cinco años, más de 62 mil sufren anemia y más 28 mil tienen desnutrición crónica”. Lo que presentamos a continuación puede constituir los ejes de un plan de emergencia para recuperar Loreto, No son problemas nuevos tampoco las soluciones, sin embargo es necesario priorizar y focalizar la inversión. Tampoco  son propuestas finales, son propuestas abiertas a críticas y más y mejores aportes. Queda pendiente la tarea de concluir con una propuesta de plan estratégico regional que sea participativo y concertado al 2021. Tarea que lo debe asumir, si ahora así lo deseamos, un gabinete técnico político en la sombra, integrado por los mejores profesionales de la región que no estén comprometidos con ningún tipo de actos de corrupción.

  1. EJECUTAR UNA ESTRATEGIA DE EMERGENCIA DE LUCHA CONTRA LA POBREZA. La pobreza es veneno para la gente. La pobreza limita las capacidades humanas. Sin embargo, la pobreza  se puede combatir desarrollando, expandiendo capacidades humanas entre los pobres. Para ello, dentro de una estrategia bien sustentada, en una primera etapa evaluar y profundizar los programas asistencialistas buscando que sean bien focalizados y evitando la pérdida de recursos; en una segunda etapa promover empleo temporal en un plan de recuperación de infraestructura menor; y, en una tercera etapa generar empleo productivo permanente para la gente aprovechando las potencialidades de la región.

  1. ATENCIÓN URGENTE A LOS PROBLEMAS SOCIALES. No hay capital humano y capital social sin gente con una educación de calidad y atención a los problemas de salud para todos. No es tolerable que seamos una de las regiones que estamos en las últimas posiciones en calidad educativa. Es necesario convocar a un amplio dialogo entre autoridades, padres de familia, representantes estudiantiles y profesores para implementar medidas concretas de una reforma educativa regional en el marco del Proyecto Educativo Nacional. En cuanto a salud, la situación más dramática es la anemia y desnutrición infantil. En este sentido, expresamos nuestro apoyo a la «Movilización regional en Loreto contra la anemia y la desnutrición infantil», cuyo objetivo es movilizar a las autoridades y sociedad civil para priorizar en la agenda de esta región el combate contra la anemia y la desnutrición infantil y la atención a la primera infancia. De igual manera, es necesario invertir en la creación, mejoramiento y equipamiento de los servicios de salud de toda la región Loreto.

  1. PROMOVER INVERSIONES EN INFRAESTRUCTURA BÁSICA PARA EL DESARROLLO. Nuestro departamento tiene como una de sus principales carencias la limitada capacidad en infraestructura para el desarrollo, principalmente aquella infraestructura que permita la conectividad con los mercados locales, nacionales e internacionales. Esta infraestructura básica se refiere a inversión en: puertos fluviales modernos, carreteras primarias y secundarias, aeropuertos locales, nacional e internacional, hidrovías o ferrocarriles, alojamientos modernos de calidad mundial, sistemas adecuados de agua y desagüe, sistemas de energía adecuadas e interconectados, sistemas de telecomunicación modernos y veloces.

  1. SEGURIDAD CIUDADANA AHORA. La situación de inseguridad se ha convertido en un problema de todos. En estos momentos nadie está seguro en su casa y en las calles. La pobreza y las altas tasas de desempleo han contribuido a agudizar el problema de la delincuencia y el sicariato. Ya no solo corresponde responsabilidad de la Policía Nacional en la lucha contra la delincuencia. La seguridad ciudadana ahora es tarea de todos. Por ello, es urgente que se establezca de manera concreta niveles de coordinación entre los tres niveles de gobierno; así como combinar las actividades que por ley corresponde a la PNP con la urgente necesidad de organizar comités de vigilancia vecinal. Es clave para recuperar la seguridad ciudadana la participación de todos los vecinos.