Al celebrar los 46 años del CETA, director Joaquín García:
La tarde del martes el director del Centro de Estudios Teológicos de la Amazonía, Joaquín García Sánchez, entregó a diversas personas y representantes de instituciones la colección completa de uno de los proyectos bibliográficos e históricos más importantes de la Amazonía: Monumenta Amazónica. Tierra Nueva como institución empeñada en publicar a autores amazónicos y no amazónicos, además de Jaime Vásquez Valcárcel, como periodista y editor, han recibido la misma, al igual que otras personas. Reproducimos el discurso que aquella tarde pronunció el padre Joaquín.
Al atardecer de hoy
Algún día tenía que llegar. No solamente se cumplen hoy los 46 años de creación del Centro de Estudios Teológicos de la Amazonía y la creación simultánea de la original y reducida Biblioteca Amazónica, sino que coincide este largo tiempo en que han salido a la luz las últimas producciones de un hecho para nosotros fundamental: haber logrado alcanzar los 45 tomos de las seis series dedicadas a la compilación de las fuentes históricas más saltantes de todas la amazonías, en seis series como Conquistadores, Misioneros, Agentes Gubernamentales, Científicos y Viajeros y Testimonios Indígenas, sino haber logrado para nuestra región la reproducción más completa de los XVIII tomos de la obra de Carlos Larrabure y Correa, titulada colección de Leyes, Decretos, Resoluciones y otros documentos referentes al Departamento de Loreto con una introducción del ya fallecido embajador del Perú, Juan Miguel Bákula Patiño, que hoy les entregamos a ustedes y a sus instituciones para que sean difundidas por todos los horizontes del mundo sobre una tradición que no había sido suficientemente tenida en cuenta hasta hoy. El autor, abuelo del doctor Diego García Sayán, en larga vida trabajó paciente con los archivos del Ministerio de Relaciones Exteriores del Perú.
Para el CETA siempre ha sido el objetivo fundamental fortalecer la memoria que el obispo franciscano Hipólito Sánchez, que en su censo de 1808 constataba que en nuestra ciudad, Iquitos, no tenía más de 380 habitantes. Más con el paso del tiempo fue creciendo y creciendo y hoy día no existen fuentes fundamentales más allá de las obras que, seguramente con gran celo y pasión, se han ido acumulando a lo largo de los años, y que entre ir y venir, nacionales y extranjeros que han pasado por nuestra casa, descubriendo nuevas facetas de sus orígenes en el camino hacia el infinito.
Esta tarde queremos hacer entrega a un grupo minoritario de instituciones y personas esta colección tan grande y hermosa, Les pedimos a todos por favor que, fuera del significado como aporte personal, sientan que deben tener en conciencia de difusión, absolutamente necesaria y urgente para que nos lancemos desde la aventura de un pasado imposible sin olvidar nuestras raíces del pasado que ha quedado en nuestra sangre donde quiera que caminemos por las sendas del mundo: desde los pueblos indígenas se han complementado con la penetración, de gente llegada desde la Selva Alta y de los demás países del mundo al olfato del caucho y de otros bienes que ha producido esta tierra aún no dados a conocer lo suficiente.
Agradecemos a todos su presencia en este lugar que en su etapa final vino a inaugurarse el 26 de mayo de 1992 y nos sentimos orgullosos de que hayan venido para la posteridad a la Biblioteca Amazónica.
Joaquín García Sánchez, osa