Los resultados de la Encuesta Demográfica y Salud Familiar (ENDES 2021) del INEI, dan cuenta de histéricos números que se muestran en Huancavelica, Loreto y Cajamarca que lideran la Desnutrición Crónica Infantil (DCI). Mientras que la anemia impacta con mayor fuerza en Puno (70.4%) y Ucayali (60.8%) que se encuentran muy por arriba por la media nacional (38.8%).
Estas cifras son alarmantes en Loreto, donde el 81% de la población es relativamente pobre y tentado por la pobreza; en un contexto de incertidumbre política, en la comercialización de acuerdos para mantener activos a la industria extractiva y la amenaza de mayores precios en la canasta básica de alimentos.
El economista Roger Grandez precisó que en 2021, 424 mil personas en Loreto conocieron cómo es vivir en medio de la pobreza y compartir sus consecuencias: estrés familiar, violencia social y delincuencia. Luego de los resultados del año pandémico, 84 mil personas (424 – 340 mil) ingresaron al club de pobres que alcanzan ingresos de S/323 mes/per cápita en zona de selva.
Una segunda cifra letal, es la pobreza escondida: el 40.4% de la población tiene ingresos superiores a los s/323/mes (y que no es considerada como pobre), puede caer en cualquier momento, por la pérdida de empleo y la salud agravada.
Además, se conoció que en 2021, cerca de 50 mil niños de 6 a 36 meses padecen anemia, en particular en zona rural, donde no acceden a los servicios de salud, la alimentación se reduce, el empleo y los ingresos exploran la naturaleza y vandalizan el comercio del patrimonio natural. Sin embargo, los gobiernos sub nacionales ignoran la realidad.