Tantos viajes juntos y ahora les tocó uno al infinito

De los tres compañeros y amigos, solo se encontró, por el momento, los restos de Miguel Antonio. Se espera que en las próximas horas se encuentre el de Aquiles, David y el de los otros cinco tripulantes que aun están en calidad de desaparecidos.

Llegaron de distintas maneras y en diferentes circunstancias, pero con el entusiasmo y motivación de integrarse a una empresa que significaría bonos positivos en la hoja de vida profesional. Miguel, David y Aquiles. Desde que pasaron la prueba de selección para formar parte de la tripulación del “Aria Amazon”, tuvieron buena química y se hicieron amigos rápidamente. Total, el área en que laboraban era casi la misma, afines, como quien dice. Los dos primeros como chefs y el tercero como barman.

Miguel Antonio De Vasconcelos Arévalo (chef), proviene de una familia vinculada a la gastronomía, a la buena cocina, por lo que no es difícil entender de dónde le vino el amor por esta profesión que hizo suya y que también era de su mamá, la querida Martha Patricia. Marco Antonio, o simplemente Toño, cumplió 36 años el 8 de mayo, la edad en que los sueños y los planes revolotean en la cabeza y en la mente, y él tenía los suyos, pero quedaron truncos aquel fatídico sábado 16.

Aquiles Rámirez Shuña (barman), tenía desde hace unos meses su negocio propio, que era uno de sus más caros anhelos. El 18 de marzo inauguró, Aquiles Cocktail – Gastropub, en la primera cuadra de calle Manco Capac, en el distrito de Punchana. Entre amigos confesó que se acercaba el momento de alejarse de los viajes y los cruceros, pues quería meterle todo el empuje y empeño al fruto de su esfuerzo. No pasaron ni cuatro meses de ese momento feliz para él y su familia, cuando el infortunio le apagó terriblemente su vida.

David Luna Vilca (chef), vino desde su natal Cuzco a poner el sabor con sus manos mágicas a los preparados a bordo del crucero turístico. Era muy minucioso, detallista a extremo, un artista, un pequeño gigante de la gastronomía. Todo eso se veía recompensado con creces cuando los paladares finos y exigentes de los pasajeros extranjeros le hacían un gesto de aprobación. Dicen los que lo conocen que tenía muchos planes y que incluso quería darse una escapadita por su cumpleaños, el 24 de setiembre, a su tierra querida a pasar con su familia. El destino le adelantó un viaje a la eternidad.