Cuando se supo que el Gobierno Regional de Loreto había gastado 20 millones en pasajes en pocos meses de gestión, se pensó que las cosas se iban a regenerar en el término de la distancia, que nunca más se despilfarraría el dinero. Pero por alguna extraña razón la gestión de Fernando Meléndez siguió gastando en viajes a manos llenas. Ocurrió que los que trabajaban allí habían adquirido la pasión por el turismo, la travesía y las aventuras por distintas partes del mundo conocido y por conocer.
Fue así que se tuvo que financiar varios viajes para calmar esa sed repentina. Ese dinero salía de las arcas oficiales y en poco tiempo se triplicó la suma de los 20 millones. Y se siguió gastando en pasajes y el presupuesto anual se hizo trizas y se llegó a la triste situación de que solo se vivía en esa entidad para viajar. En varios meses la cifra en pasajes se incrementó y lo único que interesaba era conocer otros lugares del mundo. Así las oficinas del Gore Loreto se convirtieron en las sucursales de agencias de viajes. No servía para otra cosa, sino para expender pasajes, para satisfacer la pasión viajera de miles de personas.
En el presente, el Gobierno Regional de Loreto es una inmensa infraestructura carcomida y dedicada al rubro de los viajes. No se sabe cuánto se ha gastado hasta la fecha en financiar las idas y vueltas de tanta gente. Es cierto que esa entidad está al borde de una crisis terrible y que los pasajes pronto serán de ida pero no de retorno. O sea que se podrá partir pero no retornar a puerto. Las protestas de un sector de la población no han podido evitar hasta ahora que el señor Fernando Meléndez se haya convertido en un simple tramitador de pasajes.