Percy Vílchez Vela
En un esfuerzo descomunal por cumplir con su promesa de campaña de los votos, el congresista Jorge Meléndez apareció cierto día en la ciudad de Iquitos manejando una carreta con envases con agua. Era el momento en que estaba dispuesto a solucionar los inconvenientes que acarreaba el pésimo servicio de agua potable, deficiencia que había prometido liquidar a cambio de los votos puntuales. Y la mejor manera d hacerlo era llevando agua a todo aquel que sufriera los cortes intempestivos. De manera que entró a ciertos hogares llevando la salvación del agua. Todo iba bien en esa jornada cuando de pronto el todavía congresista se dio cuenta que no iba a poder abastecer de agua a todos porque eran demasiado los cortes del servicio.
Entonces, para salir del embrollo, mandó construir una centena de carretas de madera y el dirigió una especie de empresa encargada de llevar agua a las casas. En poco tiempo ese servicio reemplazó al servicio oficial de agua potable y el congresista se convirtió en el principal proveedor de agua que había en la ciudad. En su labor no descansa ni de noche ni de día y comanda un ejército de proveedores que cubren toda la demanda de la ciudad. El tiempo pasó desde entonces, el dejó de ser congresista sin exigir la reelección y siguió acarreando agua a las casas demostrando a propios y extraños cómo se cumple con una promesa electoral.
Efectivamente, el señor Jorge Meléndez cumplió con mejorar el servicio de agua potable y hoy por hoy comanda una industria de carretas al paso que llevan agua a todos los sectores de la ciudad. El personalmente, desde antes que amanezca hasta la hora del anochecer, maneja una carreta con bidones de agua que obtiene del río Amazonas.