[Mario Vargas Llosa despide con emotiva carta a Carmen Balcells].

“Esa es la generación que creció leyendo a Mario Vargas Llosa, el escritor preferido de Jaime, y sus inmortales La Ciudad y los Perros, La Casa Verde, Pantaleón y las Visitadoras”.

Tras conocer que dejó de existir a los 85 años su agente literaria, la española Carmen Balcells, el escritor peruano Mario Vargas Llosa lamentó la noticia y le dedicó unas palabras a la impulsora del ‘boom latinoamericano’.

 

“La noticia me ha caído como un rayo; hace tres días estuve despachando, comiendo, cenando con ella y todo el tiempo tuve el siniestro presentimiento de que sería la última vez que la vería”, expresó el Premio Nobel de Literatura en una carta titulada ‘Carmen queridísima, hasta pronto’, y que fue publicada por el diario español El País.

 

Vargas Llosa agradeció a Balcells por haber dado valor y dignidad a sus representados, entre ellos a Gabriel García Márquez, Julio Cortázar, Carlos Fuentes, Pablo Neruda, Vicente Aleixandre, Miguel Ángel Asturias, Camilo José Cela, entre otros.

 

“Gracias a ella los escritores de lengua española comenzamos a firmar contratos dignos y a ver nuestros derechos respetados”, manifestó.

 

Lee la carta completa:

 

La noticia me ha caído como un rayo; hace tres días estuve despachando, comiendo, cenando con ella y todo el tiempo tuve el siniestro presentimiento de que sería la última vez que la vería. Estaba siempre muy lúcida, llena de proyectos, realistas y delirantes. Como si fuera a vivir siempre. Pero su físico estaba realmente en ruinas y era imposible no preguntarse cuánto tiempo más esa ruina física seguiría sosteniendo a esa maravillosa cabeza y esa energía indómita.

 

Carmen Balcells revolucionó la vida cultural española al cambiar drásticamente las relaciones entre los editores y los autores de nuestra lengua. Gracias a ella los escritores de lengua española comenzamos a firmar contratos dignos y a ver nuestros derechos respetados. De otra parte, ella indujo y hasta obligó a los editores de España y de América Latina a volverse modernos y ambiciosos, a operar en el amplio marco de toda la lengua y a sacudirse la visión pequeña y provinciana que tenían.

 

Además, fue mucho más que una agente o representante de los autores que tuvimos el privilegio de estar con ella. Nos cuidó, nos mimó, nos riñó, nos jaló las orejas y nos llenó de comprensión y de cariño en todo lo que hacíamos, no sólo en aquello que escribíamos. Era inteligente, era audaz, era generosa hasta la locura, era buena y su partida deja en todos los que la conocimos y la quisimos un vacío que nunca nadie podrá llenar. Carmen queridísima, hasta pronto.

(larepublica.pe)