Lo que está sucediendo en el Valle de Tambo en Arequipa es una expresión más de lo que ha venido sucediendo en los últimos años en cuanto a la extracción minera en el país. Hace años con diversos proyectos habido una resistencia masiva de las comunidades circundantes a la explotación que han tenido su punto descollante primero en Conga en el Baguazo después y ahora en Tía María.
El modelo específico de subvención a la inversión en proyectos de extracción minera se ha agotado hace buen tiempo y el gobierno y sus operadores o quiénes lo sostienen no quieren darse cuenta por el enorme poder económico que representa para ellos sostenerlo y en su precaria estrategia sólo culpan a las comunidades por “elegir su pobreza” arriesgando el crecimiento nacional o la estabilidad macroeconómica.
Las últimas cifras de devolución de impuestos es una categórica respuesta a aquellos que señalan que el modelo es oportuno y bueno y que los estándares internacionales han educado las actuales condiciones medio ambientales, que se han superado los tiempos de contaminación y saqueo. Devolver más de quince mil millones en impuestos entre el 2016 y 2017 que representa más de lo que se entregó por compensaciones mineras en estos proyectos, es una realidad apabullante para evaluar el trabajo y beneficio que traen al país, si es que los traen claro.
Sin embargo ya pocos comulgan con la idea que no es necesario el capital privado en este y otros sectores de alto riesgo en la economía nacional. Una gran mayoría han consensuado que la inyección de capitales de todo lugar no sólo dinamizan la economía sino que traspasa el peligro y riesgo que significa cargar con las deudas del estado si es que este tuviera toda la responsabilidad de organizar estos proyectos.
Una muestra de ello es la experiencia propia ciudadana de salir adelante por propio esfuerzo, sin ayuda paternalista y basada en una libertad plena. De ahí a consentir prebendas y mercantilismos hay una diferencia notable, por eso es necesario y oportuno que se discuta (incluso antes de la reforma política) la reforma del modelo económico vinculado a las condiciones de inversión como la empresa Southern en el sur del país, peor aún con antecedentes serios de contaminación.
Estamos en un momento crucial y el enfrentamiento que ha generado el gobernador de Arequipa Elmer Cáceres LLica, puede ser un punto de quiebre porque ya hemos visto que se han activado otros conflictos a nivel nacional reclamando casi las mismas exigencias. La minería, así como está conceptuada, no trae desarrollo. Aportes económicos más visibles en otros lugares de la extracción tal vez, pero desarrollo pleno a las comunidades no. Algunos dirán que esta es función del estado atender las comunidades en discrepancia con estas empresas, y claro que también es responsabilidad del estado equilibrar las normas y hacerlas más cercanas a la sociedad.
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