En vista de que los moradores de la aldea de Rumococha carecían de agua desde hacía dos semanas, la empresa encargada del servicio fluvial tuvo la brillante idea de cavar un túnel moderno y de última generación. El túnel partía desde un tramo del río Nanay y llegaba justo hasta cerca del lugar, desde donde salían tuberías para las conexiones domiciliarias. Fue así como se evitó que el servicio potable fuera una calamidad para los habitantes de ese sitio que se dieron a protestar contra dicha empresa. Los altos ejecutivos de la misma, ni cortos ni perezosos, solucionaron así el grave problema pasando por alto a las personas que no pagaban el servicio. La noticia dio la vuelta al mundo y fue motivo de muchas felicitaciones de parte del Congreso y del gobierno central.
Ahora en toda la ciudad de Iquitos, y en la misma región, hay grupos humanos que nunca han tenido un óptimo servicio de agua y que claman que también les caven esos agujeros que en su interior tienen filtros para purificar las aguas que entran a raudales. Los más encarnizados con la solicitud son aquellos que tienen racionalizado el agua potable. Ellos y ellas, en declaraciones a los medios de comunicación, han dicho que se han cansado de recoger el agua en baldes y en bidones y que quieren de una vez por todas disfrutar de un buen servicio, pues pagan puntualmente a la empresa.
En vista de la demanda sería conveniente que Seda-Loreto se olvide de las conexiones antiguas, de las tuberías viejas, de la labor de los chinos, y de una vez para siempre implemente los túneles que recogen el agua directamente de los ríos. De esos ríos pasan directamente a las viviendas sin intermediarios. Estamos seguros de que así se solucionará para siempre el inconveniente del servicio de agua potable.