El seor Alberto Fujimori se escap de la prisin donde pasaba sus das despus de fugarse del Per. Esa estancia le era incomoda, pues pretenda postular en algn momento a la presidencia del Per. El pobre crea que en la palma de su mano estaban las seales de un destino superior y que ese destino era gobernar a los desconcertantes y desconcertados peruntinos. El ingeniero esper que su hija arribara al cogollo del pijuayo y simplemente sali por la puerta abierta de la crcel. Era libre el hombre que pervirti a toda una nacin.

El escape del ingeniero acab en una esquina con l convertido en inquietante lustrn. Un lustrn que cargaba sus cajas, sus betunes, sus escobillas y sus otros implementos, para impresionar a los que estaban en edad de votar. Fujimori lustraba los zapatos de quienes quiera que fueran. No haca ninguna distincin, pues todos y todas emitan votos. De manera que comenz a recorrer el pas, lustrando, lustrando y lustrando. A veces lavaba con Joaqun Ramrez. Otras veces descansaba cerca de cualquiera de sus yernos que tambin le entraban al delito.

El vertiginoso lustrn col la escobilla y el betn y decidi postular otra vez, una vez ms, a la presidencia peruana. Su mensaje central pronto se convirti en viral y consista en lustrar zapatos, botas, cachabotas, sandalias, tamancos, tabas y cualquier cosa que protegiera los pies de los presurosos o demorados votantes. Est dems decir que el ingeniero, como en los viejos tiempos no tena rivales a la vista. El nico que se atrevi a salirle al frente fue el marqus Mario Vargas Llosa. Desde Madrid, y con su nueva conquista, el escribano vino a postular a la presidencia de la republiqueta perulera. Su principal mensaje era la dedicacin, da y noche, al enamoramiento. De esa manera los electores de ambos sexos dieron sus votos a tan porfiado garan.