Replican el horror. En nuestro país, ya van dos mujeres que han fallecido quemadas por sujetos desalmados que las atacaron con la clara intención de asesinarlas. Esta repetición de terror se inició el 29 de mayo del año pasado en Tarapoto (San Martín), cuando Fernando Ruiz del Águila (44) llegó con un balde de gasolina hasta una peluquería. Allí, luego de rociar el local con el combustible, le prendió fuego y se produjo una explosión que mató a su ex pareja, la peinadora Marysella Pizarro Tuanama (41), madre de sus cuatro niños. Días después, perecieron, producto de las graves quemaduras que sufrieron, Tirsa Cachique (49), dueña del local, y el atacante.

Trece meses después, la noche del 24 de abril, ocurrió el siguiente caso de espanto en Miraflores, en Lima. Ese día, el cocinero Carlos Javier Hualpa Vacas (37) le roció gasolina dentro de un bus a Eyvi Ágreda Marchena (22) por tan solo haberlo rechazado sentimentalmente. La joven falleció el 1 de junio por una infección generalizada luego de estar en estado crítico, con quemaduras de segundo y tercer grado en más del 60% de su cuerpo.

Un tercer ataque ocurrió el último sábado en la ciudad de Cajamarca. Sin embargo, esto comenzó en marzo pasado, cuando Esneider Estela Terrones (22) le dijera a su ex pareja Liliana Mendoza Alva (22): “Nunca te vas a librar de mí. Te vas a acordar para siempre que existo, te voy a pegar donde más te duele”. El último sábado, cumplió su diabólica promesa. La golpeó donde más le dolía: “El sujeto se acercó al carrito donde la hermana de Liliana, Juanita Mendoza Alva (31), vendía salchipapas y, de improviso, lanzó combustible sobre el fuego y sobre su ex cuñada. En segundos, la mujer comenzó a arder como bonzo”, relató a Perú21 el coronel PNP Luis Cacho Roncal, jefe de la Policía de Cajamarca. Al cierre de esta edición, la Fiscalía Provincial de Cajamarca solicitó 9 meses de prisión preventiva para el atacante.

El coronel Cacho contó que Estela Terrones confesó el hecho. “Manifestó que lo hizo por venganza, porque la víctima y la madre de esta se oponían a su relación con Liliana”. En tanto, Juanita, la hermana de Liliana, está gravísima y tiene quemaduras en el 80% de su cuerpo. El parte médico del hospital Guillermo Almenara, adonde fue trasladada, señala que el 40% de las quemaduras son de segundo grado y el otro 40% de tercer grado.

Además, está conectada a un respirador artificial porque tiene el sistema respiratorio comprometido, incluidos los pulmones, por ingerir combustible. Mariluz Ramos, cuñada de la víctima, reveló a este diario que los médicos le han dicho que Juanita solo tiene un 5% de posibilidades de sobrevivir.

Defensoría: 17 mujeres fueron atacadas con combustible en el país desde el 2017

Los casos de Juanita Mendoza y Eyvi Ágreda ponen en evidencia, una vez más, la crueldad y ferocidad con la que los agresores atacan a las mujeres en el país.

La lista de feminicidios y tentativas de feminicidios están demostrando el uso de violencia extrema para destruir a las víctimas.

Un estudio elaborado por la Defensoría del Pueblo entre el 2017 y lo que va del año, revela que se produjeron cuatro feminicidios por quemaduras en Arequipa, en Lima, dos, y en San Martín, Áncash, La Libertad, Cusco y Puno, se registró un caso en cada región.

En cambio, se registraron seis casos de tentativas: dos en Lima y el resto en San Martín, Áncash, Tacna, Cusco, Puno. Las víctimas sobrevivieron, pero con secuelas físicas y psicológicas que las marcarán de por vida.

En total, 17 mujeres fueron atacadas cruelmente con combustible para dañarlas severamente y 11 de ellas murieron.

Este mismo documento identificó nueve ataques brutales contra mujeres en estado de gestación. Algunos de ellos con la finalidad de interrumpir el embarazo, que terminaron con la muerte de las víctimas.

En Lima, La Libertad y Lambayeque se registró un caso en cada región. En otros seis casos las gestantes lograron sobrevivir.

La psiquiatra Martha Rondón sostiene que un factor que diferencia los feminicidios de otro tipo de homicidios es el uso de violencia extrema para producir la muerte.

“El feminicidio, como ataque basado en las emociones, tiene como objetivo destruir. Constituye una expresión de la cultura patriarcal, por lo tanto, el cambio cultural en busca de la construcción de una sociedad igualitaria es de la máxima prioridad”, sostiene la especialista.

-Gravedad que aumenta-

Para el Defensor del Pueblo, Walter Gutiérrez, estos casos son una muestra de la gravedad de la violencia contra las mujeres en el Perú.

Entre enero y mayo de este año, se han registrado 66 casos de feminicidio que representa un incremento de 41% si se compara la cifra registrada el año pasado durante el mismo periodo.

«La Defensoría del Pueblo supervisa el rol preventivo y de respuesta a la violencia que debe cumplir el Estado, especialmente la calidad de la atención en los Centros Emergencia Mujer (CEM). Pero existe un retraso en la transferencia presupuestal autorizada que afecta el cumplimiento de este mandato constitucional, y es un obstáculo para implementar las acciones planificadas», dijo el defensor.