El guirigay peninsular
Lo bueno de países como España es que nunca se descansa ni se diga de Perú, estamos de marcha perpetua. No se pega ojo. Ni una pestañita te puedes dar. Casi hay que estar despierto las veinticuatro horas del día. Hoy puede salir el brote independentista, a los minutos un caso de corrupción de los gordos que está en todos los partidos políticos y se incluye a los sindicatos, que el Banco de España diga que se acabó la recesión ¿?, sí, casi a modo de decreto como los posmodernistas mientras la economía del día a día no da estos síntomas de mejoría (cualquiera mejora con tantos recortes sociales como por ejemplo la Ley de Dependencia de personas discapacitadas que la han dejado sin financiación). Que al día siguiente amaneces con la noticia la liberación ipso facto de una terrorista por una retorcida aplicación e interpretación de la ley que ha enderezado el Tribunal Europeo de Derechos Humanos ante la mala leche de la prensa conservadora que lanza noticias ponzoñosas. No se descansa, la siesta española es un tópico. Y para alimentar esta desazón este último domingo entrevistaron al expresidente Rodríguez Zapatero, alguien le llamó analfabeto político y no le falta razón. Pero escucharlo a él era para hacer una valoración de lo mediocre que es la vida política y los políticos españoles de esta última generación [claro, esto también incluye a Rajoy y su séquito que son más malos que hechos de encargo]. Zapatero es un hombre deshuesado en ideas, poco ágil y sin atributos para citar a Robert Musil. Es intranscendente. El exgobernante entrevistado piensa que enjuagándose con la palabra democracia lo soluciona todo, es la varita mágica y remedio de los males. Fue una gran decepción generacional Zapatero, un desastre por sus decisiones políticas – me recuerda mucho al primer García Pérez que fue desilusión para muchos jóvenes. Mejor haría esconderse y no conceder entrevistas. Pero la prensa sigue lanzando noticias como un asesinato de violencia de género, de los expatriados y sus penas – así llaman a las personas que emigran al exterior por mejoras laborales….y así no se duerme en el país de la piel de toro.