El futuro de Elisbán

[ESCRIBE: Jaime Vásquez Valcárcel].

Cualquier estrategia de campaña para el futuro que diseñe Elsibán Ochoa y sus acompañantes tendrá que hacerse pensando en su pasado. Desde Indiana hasta Maynas. Desde Maynas a todas la provincias y distritos. Desde el campo a la ciudad, como dirían los senderistas con intención de revivir que merodean por los ambientes de “Mi Loreto”. Es evidente que su intento de gobernar Loreto ha fracaso en todo el sentido de la palabra. Tres derrotas consecutivas tiene que cuestionarse en cualquier político y, me temo, que hasta llevaría a un retiro obligado, aunque siempre se afirma que los políticos no se jubilan.

Y es que este 2014 el profesor Elisbán Ochoa Sosa repitió más de lo mismo y –salvo la última semana- nunca tuvo un consolidado de propuestas ni menos como difundirlas. Hay quienes tienen lo uno, más no lo otro, es decir abundan en propuestas pero carecen de difusión o, viceversa. Pero en el caso del exalcalde de Indiana creo que carecía de ambas cosas. Y con esas carencias no solo es improbable resistir una campaña sino que el fracaso está asegurado, tal como sucedió el domingo pasado.

Más allá de las derrotas de candidatos provinciales –unos por la reelección como el caso de Darwin Grández en Loreto, Nauta, y otros por el retorno, como el caso de Epifanio Flores en Requena- donde se suponía el bastión de Mi Loreto aseguraba triunfos el análisis de la vigencia de este grupo en la escena regional nos tiene que llevar, necesariamente, a pensar en el liderazgo del profesor Ochoa. Ese liderazgo es indiscutible, más allá de las virtudes personales del exregidor de Maynas, debido al caciquismo regional que -con ciertos matices- prevalece en las agrupaciones como Mi Loreto.

Se podría decir que la derrota de este año de Elisbán Ochoa comenzó los primeros meses del 2011, cuando varios de los consejeros que llegaron a ese puesto por Mi Loreto se alejaron del mismo. Gente cercana a Ochoa afirma que ese alejamiento fue consecuencia de discrepancias insalvables con la doctrina de la agrupación. Pero esa es una manera sesgada de explicar la crisis. Pues si se alejaron es porque no fueron correctamente seleccionados y ésa sí es responsabilidad directa de la agrupación y el líder. Lejos de diseñar una presencia con mensajes programáticos Mi Loreto se limitaba a acudir a las celebraciones de aniversario de los pueblos, donde evidentemente quien ejercía el poder –ya sea distrital, provincial o regional- llevaba más logística. Cuando el objetivo principal no era la presencia sino la calidad del mensaje.

De cara al futuro quizás lo más lamentable para Elisbán Ochoa sea que se invertirán los papeles. Si antes él escogía hoy tendrá que esperar que lo escojan. Porque su caudal electoral le hace débil para cualquier negociación con grupos que participarán en las elecciones presidenciales y congresales. Y con esas cifras no podrá poner condiciones sino aceptar lo que venga. Si cuando tenía votos que mostrar no decidía correctamente a quien acompañar ya nos imaginamos cómo lo hará ante la desesperación de la búsqueda del espacio perdido.

Elisbán Ochoa Sosa quedará en la historia política de Loreto como un personaje que fracasó en el intento de gobernar esta región sin que esto signifique que es un hombre fracasado. Y si continúa en ese descenso es seguro que Mi Loreto terminará en peores condiciones que el MRL, por si a algunos les suena esas siglas.