Miller López:
*Tres preguntas un líder que conoce la realidad de los pueblos ribereños
Nuevamente el Estado -regional y nacional- cumple un rol de abandono hacia las comunidades indígenas…
Desde siempre. Después de casi tres meses recientes aprobaron un plan de más de 88 millones para atender en temas de salud a pueblos indígenas en esta pandemia del COVID-19. En Loreto se formó el comando COVID-19 indígena, que lo integra por el lado indígena: ORPIO, CORPI, ORDEPIAA Y CONAP, y por el lado del Estado: MINISTERIO DE CULTURA, MINSA, DIRESA LORETO, MIDIS y GOREL. Todo a paso de motelo, como si en los pueblos indígenas no habría casos de contagio por el COVID-19. Es una realidad la ineficiencia del Estado con nuestro pueblos ante esta pandemia y la crisis generalizada.
Parece que existen dos mundos en los pueblos indígenas, uno en la zona rural y otro en el lugar original, es decir en el campo, ambos están divididos…
Sí. Pero acá debemos todos unir esfuerzos y criterios para ser atendidos. No podemos minimizar los casos de contagios y sumar la crisis social generada por esta pandemia. Todo debemos estar unidos. Sino, las autoridades no van hacer nada; más bien van a aprovechar para tirarse el dinero del presupuesto para enfrentar la crisis del COVID-19 y asimismo traficar con los EPP y medicamentos de distribución gratuita, como lo que está pasando en Iquitos.
¿Los gobiernos regionales no entienden la situación indígena… porque tendría que el gobierno nacional entender la situación si están más alejados…?
El gobierno regional y locales no tienen ningún plan para enfrentar estas crisis desatada por la pandemia para nuestros pueblos, y no sólo indígena, sino a todos. Eso es una realidad. Han transcurrido ya casi tres meses, y hasta ahora están dando vueltas y vueltas. No quieren decir nada al centralismo gubernamental porque son incapaces de liderar esta crisis de salud pública, porque todos son cómplices de este colapso. Aún los que gobernaron en anteriores gestiones. Esperemos que esta crisis le sirva al Estado peruano replantear la realidad que empobreció tanto a nuestro país, como pueblo.